SEVILLA 5.7.2020 / Jose Manuel García Bautista
En 1412 se desenterró el cuerpo de Ricardo II (1367-1400) por orden de Enrique V de Inglaterra (1387-1422). Se le exhibió con honores de rey y se le enterró en la Abadía de Westminster.
Allí se le practicó un agujero a su tumba para que los visitantes pudieran tocarle la cabeza, ya calavera. En 1776 un estudiante curioso, y bromista, robó la mandíbula al introducir su mano. No fue hasta 1906 cuando fue restituida por los descendientes de este profanador.
La “Doncella de Orleans”
El caso de la “Doncella de Orleans” es uno de los más fragrantes de incompetencia, interesés y deslealtad. Era Juana de Arco (1412-1431) y tras luchar más que valerosamente para la monarquía francesa fue capturada por los ingleses y llevada a juicio por herejía…
Fue quemada en la hoguera en 1431 en la ciudad francesa de Ruán entre las lágrimas de los propios ingleses que sabía de la injusticia cometida. El capitán de la guardia inglesa dijo: “no he venido hasta aquí para asesinar a héroes”.
El rey Carlos VII (1403-1461) reabrió su caso, el desagradecido rey que traicionó la amistad de la joven, reunió a un tribunal eclesiástico que reestudió el juicio y absolvió a Juana de Arco de toda culpa. En 1920 fue canonizada y nombrada patrona de Francia.