SEVILLA 24.5.2020 / Jose Manuel García Bautista
Es, sin dudas, uno de los enclaves marianos que más devoción está congregando en las últimas décadas. Quizás su ubicación nos sorprenda pues se encuentra en plena Bosnia, en el pueblo de Medjugorje, un entorno en el que las guerras por cuestión de fe y religión rompieron la estabilidad de un país llamado Yugoslavia.
Todo comenzó el mágico día del solsticio de verano de 1981 cuando seis niños observaron la figura de una mujer flotando en la pequeña colina de este pueblo, aquella señora parecía llevar en brazos a lo que parecía un niño, un bebé.
Los chicos se asustaron y corrieron huyendo del lugar; no pasó mucho tiempo, el 25 de Junio, cuando aquella mujer volvió a aparecerse en el mismo lugar, no llevaba al niño en brazo ya, estaba sola. Vestía un vestido de color gris y llevaba un velo blanco; tenía los ojos azules y una corona de doce puntas las cuales se veían rematadas con otras tantas estrellas (una visión muy estereotipada).
Los niños se acercaron a ella, era el lugar donde habitualmente jugaban, y comenzaron a hablar con ella… A la posteridad ya pasará como el día en el que, quieren creer, que se les apareció la Virgen María y dialogaron con ella; este hecho causó un gran impacto en la población y la zona convirtiéndose desde entonces en un importante foco de peregrinación.
Un dato interesante es la conversación que los chicos tuvieron con la aparición de la Virgen María, pero el contenido de la misma nunca ha sido desvelado.
Al día siguiente, el 26 de Junio, la Virgen se aparecería a uno de los niños solamente, diciéndole en su idioma: “Mir… mir… mir…”, que significa “la paz”. El 26 de Junio de 1991 estallaría la guerra en la hoy extinta Yugoslavia. ¿Una profecía?…
En aquella guerra fueron muchos los que murieron, un baño de sangre y radicalismo que pudo ser seguido por la Europa de la época, en directo, por televisión. Ciudades y pueblos devastados, aquella prometedora nación quedaba reducida a cenizas y escombros, todo menos un pueblo: Medjugorje.
Allí no se hizo un solo disparo y al lugar peregrinaban cientos de personas como magnetizadas por su particular historia aparicionista.
En Medjugorje comenzaron a vivirse todo tipo de fenómenos inexplicados: fotografías en las que aparecía la silueta de lo que decían podía ser la Virgen María, imágenes que lloraban o sangraban…
Milagros de sanaciones, curaciones asombrosas que –en muchos casos- no han podido ser explicados satisfactoriamente por la Ciencia ni la medicina. Curiosos fenómenos (no siempre reales) que aumentaban la historia, y la leyenda, de la localidad yugoslava.
En la actualidad las colinas de Medjugorje son un santuario dedicado a la Virgen María donde acuden miles de personas a vivir de cerca el denominado milagro del siglo XX.
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