SEVILLA 1.7.2020 / Jose Manuel García Bautista
El psiquiatra Lucas Giner, para RTVE, decía algo que inquieta sobre las consecuencias del confinamiento por coronavirus.
“Lo que estamos viviendo ahora se parece mucho a una catástrofe natural. El confinamiento ha sido como un huracán: mientras está pasando hemos estado unidos, apoyándonos. A esta fase se le llama “Luna de miel”: hemos salido a los balcones, dibujado arcoíris, aplaudido a los sanitarios. Pero ya ha pasado el huracán y nos damos cuenta de que nuestra casa está destrozada, hemos perdido familiares, nos hemos quedado en paro. Ahora es cuando van a aumentar los problemas y patologías psiquiátricas y por tanto los suicidios”.
En Andalucía el consumo de antidepresivos subió más de un 10% el pasado mes de marzo, y un 9% el de ansiolíticos (el estado de alarma se inició el 14 de marzo).
Él Teléfono de la Esperanza tuvo una gran demanda en estas fechas pasadas. Uno de los portavoces, Ángel Pérez, decía: “Más ahora que en el confinamiento. Un 45% más desde que comenzó el estado de alarma, si lo comparamos con las mismas fechas del año pasado” con 38.400 llamadas.
“A través de ella rellenas una serie de datos y un psicólogo clínico te llama lo antes posible. Normalmente da unas dos o tres sesiones. Ha tenido una gran acogida, con más de 1.300 solicitudes”.
La OMS avisó que “aumentaran sustancialmente” sus inversiones en salud mental. De hecho advierte que la próxima epidemia, al menos en los países occidentales, no será un virus, sino una enfermedad mental: la depresión.
“Si nos llegan a la cabeza deseos de morir lo primero que debemos hacer es hablarlo con los familiares, comentarlo con gente cercana, y buscar ayuda profesional. En atención primaria saben cuando tienen que derivar a los especialistas” dice el psiquiatra Lucas Giner.