SEVILLA 22.8.2019 / Jose Manuel García Bautista
Dentro de los lugares encantados que podemos encontrar dentro de la provincia de Sevilla nos encontramos con la denominada como “Hacienda Benazuza”.
Se trata de un lugar hoy abandonado que, antaño, se dedicó a la hostelería. Estaba construido en torno a una iglesia y tiene una arquitectura que gira en torno a dos patios.
En torno al de labor estaban las naves de almacenamiento y para el ganado.
Destacaba de la fachada el arco de medio punto y al balcón central o los tradicionales espacios al estilo del sur con su típica loza.
El Mayorazgo de Benazuza se encuadraba dentro del entorno de Sanlúcar generando problemas legales.
Para evitar todo ello el propietario del Heredamiento adquirió la jurisdicción civil y criminal a Rey Felipe II por 700 ducados.
De todo ello hay constancia histórica según Real Carta de Venta fechada en Valladolid el 20 de octubre de 1558.
El documento está firmado por la princesa Doña Juana, Gobernadora de Castilla en ausencia del rey, y así pasa a ser villa.
El 19 de abril de 1840 Benazuza deja de ser Villa por disposiciones de la Diputación Provincial siendo el 12 de mayo cuando se suma a Sanlúcar la Mayor.
El misterio
Cuenta la historia misteriosa del lugar que una hija de los propietarios de la hacienda, en los inicios del siglo XX, falleció por una cruel enfermedad.
La joven de tan sólo 18 años, es enterrada, en la iglesia existente en la hacienda y en ese momento comienza un largo “rosario” de testimonios sobre apariciones.
Así esos testigos hablan de fenómenos paranormales que se manifiestan escuchándose el tañir de campanas, los ascensores que funciones solos sin ser llamados.
Potenciando todo eso se escuchan gemidos dentro de la iglesia o terribles gritos.
El punto álgido se alcanza cuando se ve a una especie de sombra blanca en el jardín que parece caminar por el entorno.
Cuentan que en una ocasión una trabajadora, que se encontraba recogiendo los restos de una cena en el jardín, vio tras ella a la sombra blanca de
una mujer.
Un 13 de Agosto de 1993 otra empleada pudo ver una silueta como vestida de blanco que flotaba a una cuarta del suelo, paso delante de la recepcionista y entró en el ascensor.
De aquella tremenda experiencia recuerda que dejó un penetrante olor a perfume.
En uno de los pasillos de la hacienda también se ha podido ver la figura de una joven que parece tener la cara pálida y mirada perdida.
Algunos desconocedores de lo que se trata le han preguntado despareciendo como si fuera de humo.
Son los misterios, la Historia y las apariciones, tal vez la leyenda terrorífica, de este singular lugar. Puede que todo sea un rumor, una leyenda urbana aunque los testigos confirman su realidad.