WASHINGTON / BEIRUT / ANKARA (Reuters) 15.10.2019. –
El presidente Donald Trump impuso sanciones a Turquía el lunes y exigió al aliado de la OTAN detener una incursión militar en el noreste de Siria que está remodelando rápidamente el campo de batalla de la guerra en curso más mortal del mundo.
Trump, que dio lo que los críticos dicen que fue una luz verde de facto para el asalto de Turquía al ordenar a las fuerzas estadounidenses que se alejen del área de conflicto, solicitó el alto el fuego en una llamada con el presidente Tayyip Erdogan.
“Los Estados Unidos de América simplemente no van a tolerar más la invasión de Turquía en Siria. Hacemos un llamado a Turquía para que se retire, ponga fin a la violencia y venga a la mesa de negociaciones “, dijo el vicepresidente Mike Pence a los periodistas.
Trump también anunció planes para volver a imponer aranceles de acero a Turquía e inmediatamente detener las negociaciones sobre un acuerdo comercial de $ 100 mil millones.
La medida fue rápidamente criticada como demasiado pequeña, demasiado tarde por el principal demócrata en el Congreso.
“Su anuncio de un paquete de sanciones contra Turquía está muy lejos de revertir ese desastre humanitario”, dijo la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
Turquía tiene como objetivo neutralizar a la milicia kurda YPG, el elemento principal del aliado liderado por los kurdos de Washington, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que ha sido un aliado clave de Estados Unidos en el desmantelamiento del “califato” yihadista creado por los militantes del Estado Islámico en Siria.
Ankara considera al YPG como un grupo terrorista alineado con los insurgentes kurdos en Turquía.
El lunes, las fuerzas sirias respaldadas por Rusia aprovecharon rápidamente la abrupta retirada de Estados Unidos en Siria para desplegar en lo más profundo del territorio en poder de las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos al sur de la frontera turca.
Los antiguos aliados kurdos de Washington dijeron que invitaron a las tropas del gobierno como un paso de emergencia para ayudar a defenderse del asalto turco, lanzado el miércoles después de lo que los kurdos llamaron una traición estadounidense.
El despliegue del ejército sirio es una victoria para el presidente Bashar al-Assad y su aliado más poderoso, Rusia, que les da un punto de apoyo en la mayor franja restante del país que había estado fuera de su alcance.
Ahora se enfrentarán a las fuerzas armadas turcas a lo largo de una nueva línea de frente de cientos de millas (km) de largo.
Los medios estatales sirios informaron que el ejército entró en Manbij, una ciudad que había sido controlada por una milicia aliada a los kurdos. Anteriormente, entró en Tel Tamer, una ciudad en la autopista M4 estratégicamente importante que corre de este a oeste a unos 30 km (19 millas) al sur de la frontera con Turquía.
Ain Issa ordena los acercamientos al norte de Raqqa, antigua capital del califato del Estado Islámico, que los combatientes kurdos recuperaron de los militantes hace dos años en una de las mayores victorias de una campaña liderada por Estados Unidos.
Gran parte de la M4 bordea la franja meridional del territorio donde Turquía pretende establecer una “zona segura” dentro de Siria. Turquía dijo que había tomado parte de la carretera. Un funcionario de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) lideradas por los kurdos dijo que los enfrentamientos estaban en curso.
Trump dijo que las tropas estadounidenses permanecerían en una pequeña guarnición en Tanf, en el sur de Siria, “para continuar destruyendo los restos” del Estado Islámico. Pero la base haría poco para apoyar las operaciones en otras partes del país.
El gobierno de Trump ha negado que su retirada de tropas provocó la incursión turca.
Queda por ver cómo se tratará a los kurdos ahora. Los combatientes kurdos comenzaron a forjar el dominio autónomo en el noreste de Siria al comienzo de su guerra de ocho años, beneficiándose de las desviaciones del ejército de Assad para luchar en otros lugares. Assad tiene como objetivo restaurar la autoridad de su gobierno en todo el país.
La salida de EE. UU. Deja a Turquía y Rusia, así como a Irán, el principal aliado de Assad para Oriente Medio, como agentes de poder extranjeros indiscutibles de Siria. Ankara y Moscú predijeron que evitarían el conflicto en Siria, incluso cuando la primera línea entre ellos ahora se extenderá por todo el país.
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