SEVILLA 7.8.2020 / Jose Manuel García Bautista
Cincuenta personas han muerto cuando trataban de llegar ayer jueves a las Islas Canarias en dos naufragios en las costas del Atlántico, una de las rutas más peligrosas.
“El océano Atlántico es peligroso y es una ruta larga. Luego, las embarcaciones son cada vez de peores condiciones y la gente corre más riesgo y sale con malas meteorologías porque están totalmente desesperados, y hay quienes se aprovechan de esta desesperación”, dice Helena Maleno, defensora de los derechos de emigrantes y portavoz de la ONG española Caminando Fronteras.
En el primer naufragio al menos 10 emigrantes subsaharianos murieron y otros diez fueron rescatados al hundirse su patera en las costas de Dajla, en el Sáhara Occidental. Las autoridades marroquíes continúan movilizados para rescatar otros posibles supervivientes o cadáveres.
En el segundo incidente otros 40 emigrantes subsaharianos murieron ahogados tras el naufragio de la patera en la que zarparon desde las costas de Nuadibú, y solo se ha podido rescatar a una persona.
Salvamentos
Maleno criticó “el mal uso de los servicios de salvamento”, apuntando la existencia de una coordinación eficaz entre España, Marruecos y Mauritania para el control migratorio donde la información ente los tres estados circula rápidamente. “Pero esta colaboración política eficaz en el control migratorio no sirve para salvar vidas”, matizó.
La activista española llamó a considerar estos muertos como “víctimas de un naufragio y no como emigrantes irregulares”, al mismo tiempo que insistió sobre la necesidad de ofrecer acompañamiento psico-social para los supervivientes.

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