SEVILLA 11.10.2020 / Jose Manuel García Bautista
Castel del Monte es un lugar cargado de significación y simbología en pleno paraje de Puglia en Andria, al sur de Italia, en la provincia de Bari. Su construcción la ubicamos entre 1230 y 1240 sobre una antigua fortaleza que ya existía y que fue erigida por Federico II “asombro del mundo”, el cual eran una persona altamente culta y amante de la cultura y el Arte así como de las culturas orientales.
Pero Federico II no habitó jamás aquel lugar y tuvo diferentes usos, entre ellos los de cárcel o refugio de pastores. Sus ricos ornamentos fueron parcialmente robados y en 1876 el Estado italiano pasa a ser el propietario legal de aquella construcción octogonal al comprarlo por 25.000 liras.
En 1996 se incluyó dentro del catálogo de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Así este viejo y enigmático castillo feudal quedaba protegido por esta máxima organización mundial.
Castillo enigmático
Pero Castel del Monte tiene muchos secretos, en su interior se esconden muchos símbolos, muchos mensajes por descifrar…
El primer enigma es el de su construcción. Era un castillo pero no estaba en un lugar que se debiera, aparentemente, defender. ¿Cuál era su fin? Tampoco tenía una ubicación estratégica, ni social, ni religiosa ni militarmente… Pero además es que en su interior no se pueden albergar a un cuerpo de soldados o ejército, o cuadras o sala de armas… Aquel castillo no era lugar adecuado para hacer la guerra.
También se habló que fuera un pabellón de caza, que era muy del gusto de Federico II; pero el edificio resulta demasiado lujoso y elaborado como para tener ese fin.
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¿Qué era entonces ese edificio? ¿Para qué servía? No se sabe pero que tenía un fin esotérico es algo seguro pues en su construcción hay un elemento común: el número ocho. Así la planta del edificio tiene ocho torres que indican que su planta es octogonal. La sala inferior tiene ocho estancias, igual que en la planta superior.
Simbología
El patio es octogonal, su aljibe es octogonal… Múltiplo de ocho son los motivos decorativos que encontramos en fachada y ornamentos. Todo está construido en base al número ocho… ¿Por un motivo fortuito? Permítame que lo dude.
El ocho es el símbolo de la resurrección, además tiene un significado cósmico, si rotamos 90º el número ocho encontraremos el símbolo del infinito y la unión de Dios con el hombre. Además el ocho, el infinito, es el símbolo de la familia Suabia a la que pertenecía Federico II. La corona de Federico II era octogonal… Todo parece indicar que fue construido simbolizando “algo” que aún no se ha podido descifrar y muy relacionado con el poder.
A Federico II le fue dada una negra profecía: “tu muerte tendrá lugar en una localidad que contiene la palabra flor” y por ello se alejó el monarca de Florencia sin saber que cerca de Torremaggiore, en Foggia (Italia), se ubicaba la localidad de Castel Fiorentino, que contiene la palabra flor en italiano.
Federico II se siente indispuesto el 13 de Diciembre de 1250 y al preguntar donde se encontraba entendió que había llegado su hora… Fue enterrado en la catedral de Palermo.
En su sepulcro se encontraron sus restos momificados con su anillo de esmeralda con ocho pétalos y el hábito de los monjes cistercienses, los mismos que construyeron la simbólica catedral de Chartres. Otra curiosidad -¿o no?- la suma del año de su muerte (1250): ocho.
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