SEVILLA 21.11.2019 / Jose Manuel García Bautista
Muy impactante el fenómeno de las dos lunas de Neptuno, Náyade y Talasa, en cuanto al movimiento que han tenido estás y que interactúan de una forma inusual calificándose de “baile de evasión”.
“Hay muchos tipos diferentes de ‘bailes’ que los planetas, lunas y asteroides pueden seguir, pero este nunca se había visto antes”, indicaba Marina Brozovic, del Laboratorio de Propulsión a Chorro, con sede en Pasadena (California, EE.UU.), subordinado a la agencia espacial.
Brozovic y su equipo calcularon que la órbita de Náyade está inclinada unos cinco grados respecto a la de Talasa. Los científicos creen que se trata del primer caso descubierto de “resonancia de cuarto orden” entre las lunas de un planeta.
Son casi 2.000 kilómetros los que separan las órbitas de ambos satélites, pero una perfecta sincronización les permite evitar mutuamente una colisión.
Los investigadores creen que estas dos lunas están “atrapadas” en esta inusual resonancia y la misma configuración hace más estables sus órbitas.
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