Redacción, 3 Febrero.- Distintos juzgados de Valladolid han decretado la nulidad de hasta un total de cuatro contratos y préstamos.
En estos, el firmante de los mismos puso como avalista a su hermana, una mujer de 66 años, sordomuda, analfabeta y oligrofrénica.
Esta prestó su consentimiento sin saber la trascendencia de lo que estaba firmando.
De ahí que al firmar como avalista desconocía lo que ello suponía, máxime cuando, además, no consta que momento alguno se le explicara, en debida forma (con sencillez, adaptándose a su capacidad y mediante un intérprete), qué era lo que estaba firmando y su significado jurídico y económico.
Se anula por vicio de consentimiento.