La plataforma memorialista de La Gavidia lamenta quedar “al margen” de la exhumación de Pico Reja

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Sevilla, 4 Noviembre.- La Asamblea de Memoria Histórica de la Plaza de la Gavidia ha insistido este lunes en sus críticas al Ayuntamiento de Sevilla.

Esto por haber quedado “al margen” del procedimiento los trabajos de exhumación de los cadáveres de la fosa de Pico Reja de San Fernando.

Allí descansarían los restos de 1.103 personas represaliadas por las tropas sublevadas desde el comienzo del alzamiento militar hasta el 31 de agosto de 1936.

A tal efecto, el colectivo recuerda sus peticiones de “participar” en dicho proceso.

María Luisa Hernández, una de las activistas, ha manifestado que el colectivo ha conocido a través de los medios de comunicación la decisión de adjudicar a Aranzadi Sociedad de Ciencias el contrato correspondiente a los trabajos de exhumación.

Mientras la idea es que las labores de exhumación arranquen en diciembre.

Y ha rememorado las peticiones cursadas por su asociación al Ayuntamiento hispalense.

Estas para contar con información directa y “participar” del todo el proceso correspondiente a la exhumación de los cadáveres.

A tal efecto, ella misma señalaba hace pocos los “derechos” que asisten a estas personas en su calidad de “familiares de los asesinados”.

“Hemos querido participar, pero no nos han dejado”, ha lamentado.

Y ha expuesto que el Ayuntamiento ha dejado “al margen” a esta plataforma pese su “infinidad de escritos” y peticiones de información o de reuniones.

La fosa de Pico Reja

Recordemos que según historiadores la fosa podría acoger los restos de 1.103 personas represaliadas por las tropas sublevadas desde el comienzo del alzamiento militar hasta el 31 de agosto de 1936.

Figuran entre las víctimas miembros de la corporación municipal de la época, algunos alcaldes e incluso diputados.

Podría ser, de hecho, la fosa donde descansarían los restos de Blas Infante, ejecutado precisamente en agosto de 1936, como ha recordado la concejal.

Los resultados de la investigación inicial de esta fosa están plasmados en una memoria de intervención.

Y que corrobora “tanto las noticias escritas como orales sobre la existencia de la fosa con restos de personas enterradas tras el golpe militar de 1936”.

Pues la fosa en cuestión constituye un depósito “colectivo” de cadáveres enterrados sin ataúdes y sin que la posición de los cuerpos se atenga a “los rituales funerarios habituales”.

Según dicho volumen, dada la localización de restos óseos que corresponderían a un “mínimo” de seis personas en la excavación inicial de la investigación.

Estas con indicios de “episodios de violencia” en dos de los casos.

Y en un sondeo superficial de apenas dos metros cuadrados, “es posible mantener las cifras manejadas por Díaz Arriaza” respecto al número de cuerpos que albergaría la fosa, e incluso “aumentarla”.

Y es que según se detalla en este libro, la fosa de Pico Reja se podría haber reutilizado “en momentos posteriores”.

Pues, por ejemplo, se localizó un fragmento de engarce de cristal de Bohemia con la inscripción del nombre oficial de la Segunda República Checoslovaca durante 1938 y 1939.

Igualmente, la memoria de intervención expone que las dimensiones de la fosa “exceden las barajadas a priori”.

Y la misma “sobrepasa el espacio ajardinado que presenta forma de triángulo”.

Ya que, en paralelo a esta investigación, el Ayuntamiento hispalense ha recogido muestras genéticas de al menos 155 personas susceptibles de contar con lazos familiares.

Esto para su posterior cotejo con los restos de las víctimas una vez se exhumen y lograr así su identificación.

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