Redacción 8.4.2019.- Estamos ante uno de los grandes males que aquejan a esta sociedad civilizada, la soledad acompañada que padecen muchas personas y que ahora afecta a los mas jovenes.
La soledad, con sus efectos nocivos bien documentados sobre la salud, ya está siendo llamada una epidemia y una amenaza para la salud pública, especialmente entre los adultos mayores. Pero ahora los expertos están descubriendo que las generaciones más jóvenes conectadas siempre a las redes sociales también reportan sentirse solos.
“Las personas más jóvenes están realmente sorprendidas de sentirse solas y realmente abrumadas por este sentimiento”, dijo Dawn Fallik, profesora asociada de la Universidad de Delaware en Newark, quien está trabajando en un libro sobre la soledad. Fallik realiza conferencia con un nombre sugestivo: “Generación soledad: 10.000 seguidores y ningún amigo”.
“Han estado rodeados de conversaciones durante toda su vida, así que cuando hay silencio, les cuesta mucho tolerarlo y creen que algo anda mal”, dijo Fallik.
Daniel Russell, profesor de desarrollo humano y estudios de familia en la Universidad Estatal de Iowa, dijo “que el conflicto entre la cantidad de amigos cercanos que te gustaría tener y los pocos que tienes puede crear sentimientos de soledad y aislamiento social”.
En el estudio de Cigna del año pasado, la Generación Z (18-22 años) obtuvo la puntuación más alta en la escala de soledad de UCLA, la medida estándar para la investigación de la soledad.
A diferencia de los trabajadores jóvenes de las generaciones mayores, es menos probable que estos adultos jóvenes se unan a asociaciones profesionales, clubes rotarios u otros grupos para compartir con sus compañeros. Y las organizaciones no proporcionan el valor de las conexiones y los recursos que alguna vez ofrecieron ahora que las personas pueden encontrar todo lo que necesitan con un clic.
“Lo que surge una y otra vez es lo aterrador que es para ellos salir a la realidad”, dijo Fallik. “Hemos perdido esas habilidades sociales cuando alguien está enfermo y tú les traes sopa o alguien murió y tienes esa visita. Hemos perdido la capacidad de tener esas conversaciones y, como no lo tenemos ahora, mis alumnos están aterrorizados por esas conversaciones en las que los miras a los ojos”.
