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Una investigación muestra un vínculo entre el aumento del populismo en Europa y la desconfianza hacia las vacunas

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MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) –

Una nueva investigación realizada por la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido) ha revelado que existe una asociación “significativa” entre el aumento del populismo en toda Europa y el nivel de desconfianza en torno a las vacunas.

El autor principal del estudio, el doctor Jonathan Kennedy explica que “parece probable que el populismo científico sea impulsado por sentimientos similares al populismo político, por ejemplo, una profunda desconfianza hacia las élites y los expertos por parte de la población marginada y desposeída. Incluso cuando los programas mejoran objetivamente la salud de las poblaciones seleccionadas, las comunidades que no confían en élites y expertos pueden verlos bajo sospecha. En el caso de las vacunas –añade–, la desconfianza se centra en los expertos de salud pública y las compañías farmacéuticas”.

El estudio, publicado en el ‘European Journal of Public Health’, analizó los datos a nivel nacional de 14 países europeos. Estos datos incluyeron el porcentaje de personas en un país que votaron por los partidos populistas en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014 y el porcentaje de personas en un país que creen que las vacunas no son importantes, seguras y/o eficaces, según los datos del Proyecto de Confianza en las Vacunas de 2015.

El análisis encontró una asociación positiva altamente significativa entre el porcentaje de personas en cada país que votó por los partidos populistas y el porcentaje que cree que las vacunas no son importantes ni efectivas.

La profesora Sophie Harman, experta en políticas de salud global de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de Queen Mary, que no participó en la investigación, ha comentado: “Al igual que las restricciones a los derechos reproductivos, la retórica contra la vacunación ha sido durante mucho tiempo el canario en la mina de carbón para el populismo”.

En el artículo de investigación, el doctor Kennedy escribe que la desconfianza en la vacuna moderna generalmente se remonta al ya retirado artículo de ‘The Lancet’ de Andrew Wakefield en 1998, que afirmaba un vínculo entre la vacunación con el sarampión, las paperas y la rubéola (triple vírica) y el autismo.

Las tasas de vacunación con la triple vírica en el Reino Unido disminuyeron del 92 por ciento en 1995 a un mínimo del 79 por ciento en 2003, muy por debajo de la tasa del 95 por ciento necesaria para lograr la inmunidad colectiva. Los casos confirmados de sarampión en Inglaterra y Gales aumentaron de 56 en 1998 a 1370 en 2008.

Wakefield fue excluido del registro médico del Reino Unido y el estudio de ‘The Lancet’ fue retierdo. Sin embargo, sus ideas siguen siendo influyentes y se citan como una razón por la cual los casos de sarampión han aumentado en Europa en los últimos años.

Hay evidencia anecdótica adicional que sugiere una conexión entre el aumento de los políticos y movimientos políticos populistas en Europa occidental y el aumento de los niveles de vacilación de vacunas, escribe Kennedy.

El ejemplo más destacado es Italia. El Movimiento Cinco Estrellas ha expresado su preocupación por la seguridad de la vacuna y el vínculo entre la triple vírica y el autismo. Se argumenta que estas preocupaciones causaron que la cobertura de esta vacunación cayera del 90 por ciento en 2013 al 85 por ciento en 2016, y dio lugar a un aumento en los casos de sarampión de 840 en 2016 a 5000 en 2017.

A pesar de esto, la cámara alta del Parlamento italiano, reforzada por representantes recién elegidos del Movimiento Cinco Estrellas y la Liga Norte, recientemente aprobó una ley para derogar la legislación que hace que las vacunas sean obligatorias para los niños que se matriculan en escuelas estatales.

En Francia, el Frente Nacional, de derecha, también ha expresado su preocupación por la seguridad de las vacunas y las leyes que las hacen obligatorias para los niños, mientras en Grecia, el gobierno de izquierda de Syriza propuso que los padres pudieran optar por no vacunar a sus hijos.

Si bien el UKIP no ha expresado preocupaciones similares en el Reino Unido, una encuesta realizada por Mori mostró que sus votantes tenían una probabilidad casi cinco veces mayor que la población en general de creer que la triple vírica no es segura.

Por lo que se refiere a los Estados Unidos, Donald Trump se reunió con reconocidos activistas contra la vacunación, incluido Wakefield, y expresó simpatía por sus ideas. Por ejemplo, en 2014, tuiteó: “Un niño pequeño sano va al médico, recibe una inyección masiva de muchas vacunas, no se siente bien y cambia:¡AUTISMO! Muchos casos!”.

El doctor Kennedy agrega: “La desconfianza sobre las vacunas será difícil de resolver a menos que se aborden sus causas subyacentes del populismo, un sistema económico inicuo y un sistema político no representativo”.

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