Redacción 8.4.2020.-
Comienza mañana Jueves Santo el Triduo Pascual, el corazón de la Semana Santa, que la pandemia del coronavirus impone sea sin presencia de creyentes, por lo que será ampliamente televisado.
Se trata de una novedad extraordinaria, una experiencia nunca vista en su historia que dejará huellas en la vida de la Iglesia.
El Papa presidirá las ceremonias que ya el domingo de Ramos anticipó será en la soledad que dominará la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Este jueves no habrá lavado de pies y el Viernes Santo será aún más impactante para los fieles porque a las tinieblas que dominarán el templo mayor del catolicismo, para recordar la muerte de Cristo en la Cruz, se agregará la soledad impresionante que hará vivir la ausencia de personas en dichos actos religiosos.
El Viernes Santo faltará la multitud que todos los años se agolpa en el Coliseo para seguir las estaciones del martirio de Cristo en Jerusalén presidido por el Papa.
El esplendor del Sábado de Gloria será amortiguado por el espectáculo del Papa Francisco solo aunque las imágenes y sus palabras serán multiplicadas “ad infinitum” por la televisión y los otros medios de comunicación utilizados especialmente por la situación de pandemia mundial.