REDACCION DEPORTES. 7 de abril de 2019.- El pasado lunes 1 de abril Pablo Blanco, dorsal de Leyenda del Sevilla, decía en los micrófonos de ELITE RADIO SEVILLA, en el programa ADN SEVILLISTA, que el Sevilla Fútbol Club era casi invencible al calor de su afición.
Añadía que le costaba ganar lejos de la zona de confort del Ramón Sánchez Pizjuán. Uno de los contertulios del programa le comentó, entonces, que lo que había que hacer era una cosa. Llevarse la afición a cada partido fuera de casa.
Hoy al calor de un gran número de aficionados el e quipo de Nervión ha brindado un buen partido, ante un equipo necesitado, con buen gusto por el balón, pero casi inofensivo al llegar al borde del área como era el Real Valladolid.
Discurrió la primera parte sin muchas ocasiones para ambos equipos, si bien es cierto que el equipo de Pucela se acercaba de vez en cuando a las inmediaciones de un acertado Juan Soriano.
El guardameta sevillista demostró las cualidades que le avalaban desde hacía bastante tiempo y realizó varías paradas de mérito, sobre todo una en la segunda parte a disparo del jugador blanquivioleta Waldo.
Esta vez el equipo de Caparrós no tiró la primera mitad del partido. Se acercó en unas cuantas ocasiones y en dos de ellas rozó que el balón entrara en las mallas de la portería de Masip de forma definitiva.
Decimos de forma definitiva por el hecho de que en una de esas ocasiones el remate de Gaby Mercado a la salida de un córner rebotó en el larguero y salió fuera .
En la segunda de las opciones de gol, por primera vez en la temporada, el jugador destinado a abrir la lata del encuentro, Ben Yedder, envió el balón al fondo de las mallas, pero el VAR, indebidamente, entró a valorar una falta que había provocado Franco Vázquez, sin que esta falta interviniera en la finalización de la jugada.
Mal el arbitro. Mal el VAR, que estaría aún peor, en la segunda parte.
Discurrió el partido hasta el final del primer tiempo con el dominio decaído del Valladolid y un Sevilla que se veía venir que en la segunda mitad intentaría el asalto definitivo de la victoria.
Y así sucedió desde el comienzo de la reanudación. De tal guisa fue el citado inicio que en el minuto 49 Ben Yedder ya fallaba una ocasión imposible de errar enviando el balón a las nubes solo ante el guardameta y a un metro de la línea de gol. Imperdonable el fallo del delantero Sevillista.
No obstante, el Sevilla Futbol Club continuó en su dominio, en momentos aplastante, aunque infructuoso, lo que dio lugar a que en alguna ocasión el Valladolid se estirase. En una de esas opciones, los jugadores pucelanos reclamaron penalti en unas inexistentes manos de Carrico.
El jugador, la mano y el balón se encontraban fuera del área, pero el VAR, de forma poco reglamentaria, entró a valorar la jugada cuando, ni fueron manos, ni la jugada se produjo en el interior del área grande. Transcurría el minuto 65 del encuentro.
En el entorno en el que discurría el encuentro este necesitaba algunos cambios. Joaquín Caparrós así lo entendió y los realizó de una forma total eficiente. Sacó del terreno a un desacertado Franco Vázquez, por Roque Mesa, e introdujo a Brian Hill por Sergi Gómez, por lo que la defensa de 4 pasó a ser de 3. Los dos cambios fueron fundamentales.
Roque Mesa le dio equilibrio al juego del Sevilla y Brian Hill le concedió aún más mordiente a la banda izquierda muy bien manejada en todo momento por Promess.
Y así, el equipo de Caparrós , se hizo de forma definitiva con el mando del encuentro.
Este mando se convirtió en desequilibrio en el marcador en el minuto 83 del encuentro, cuando Roque Mesa, en una jugada excepcional, dribló a dos jugadores y encaró el borde del área grande. Con un disparo raso y pegado al palo derecho de Masip colocó el balón dentro de la portería.
El Sevilla merecía el gol. Se hacía justicia. El Valladolid, desde ese minuto, en los restantes minutos hasta el 90 lo intentó. Caparrós volvió a cambiar a defensa de cuatro introduciendo a Kjaer por Ben Yedder y ello se tradujo en una mayor tranquilidad y una respuesta ofensiva muy destacada.
Brian Hill, gran promesa del Sevilla, así lo demostró. Desde que entró todo lo hizo de forma brillante. Ello se culminó cuando en una contra llevada por Promess, este le cedió el balón en profundidad a Hill para que este con una excelente visión de juego entregara una asistencia a Munir que enviaba el balón al fondo de las mallas. Era el minuto 91 del encuentro. Y este, prácticamente, había concluido.
Gran victoria del equipo sevillista que, con muchísimos aficionados desplazados y pletóricos de ilusión, hicieron que se consolidara la senda del camino hacia la clasificación del torneo de la CHAMPIONS.
La nota triste, la confirió el conocimiento de que Joaquín Caparrós confesara que sufre leucemia crónica. Desde la redacción de ELITE DIARIO y ELITE RADIO SEVILLA le enviamos todos los ánimos posibles al gran entrenador sevillista.
