SEVILLA 11.4.2020 / Jose Manuel García Bautista
La imagen o la impronta presente en la síndone, corresponde con exactitud al aspecto que presentaría un cadáver reciente, en estado de rigidez, habiendo sido ésta instaurada, de una manera instantánea o muy precoz, como es característicos en casos debidos a muerte de tipo violento, en extremo fatigosas y dolorosas , con deshidratación y estado mantenido de alta fiebre.
Según los estudios de medicina forense, y en base a las citadas circunstancias, la representación del cuerpo se debe caracterizar por los siguientes aspectos:
1.- La cabeza debe estar flexionada hacia delante (ángulo aproximado de 40º) y la nuca elevada y tensa. Además puede existir una ligera inclinación o caída a la derecha; según los estudios del sudario de Oviedo, de unos 19 ó 20 grados respecto a la vertical.
En líneas generales, en el crucificado, la cabeza debe aparecer, hundida en el entre los huecos supraclaviculares y techo de la articulación del hombro; sin descolgarse con libertad.
2.- Los músculos esternocleidomastoideos, trapecio e inspiradores deben aparecer rígidos, lo mismo que los deltoides.
3.- El tórax, se encentrará dilatado, como en inspiración forzada.
4.- Los músculos pectorales mayores se deberán ver contraídos y salientes.
5.- La musculatura escapular se encentrará también contraída y pegada a las costillas.
6.- El epigastrio hundido, e hipogastrio prominente.
7.- La musculatura dorso lumbar debe estar muy tensa.
8.- Lordorsis lumbar acentuada.
9.- El vientre estará inflamado, síntoma característico de una muerte asfíctica.
10.- Los glúteos se marcarán intensamente, especialmente el derecho.
11.- Las piernas deben representarse flexionadas, especialmente la derecha.
12.- Pie izquierdo estará más hiperextendido que el derecho.
13.- Los brazos deben aparecer menos rígidos que el resto del cuerpo, y cruzados sobre el pubis de una manera forzada.
Ante ésta breve descripción, basada en años de estudios forenses sobre la síndone de Turín, parece que no deberían existir dudas, de que la imagen de la síndone, debe corresponder a la representación, fiel y la vez misteriosa, de un cadáver en estado de intensa rigidez; y que solo por estas circunstancia y la desaparición prematura y también misteriosa del cuerpo, la imagen fue y es, posicionalmente posible.
Solo la desaparición prematura del cuerpo, sin señal alguna de descomposición, pudo dejar el la tela de lino, los detalles definidos y los perfiles nítidos de los estigmas provocados por el martirio y la muerte del hombre.
Al mismo tiempo, la propia impronta y manchas de sangre, es una prueba evidente de la muerte. Sobre todo por el aspectos y morfología de la herida del costado; ya que presenta indudables características de una hemorragia postmortem. Apreciándose como la masa sanguínea ya está separada del plasma. Son claramente visibles los halos formados por líquidos serosos, en toda la periferia de los coágulos.
Posiblemente fruto de estos sueros sanguíneos o líquidos proveniente con probabilidad de un grave edema pulmonar, pudo describir San Juan el momento de la lanzada como una emanación, al punto, de sangre y agua.
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