17 oct. 2019.- El Juzgado de Instrucción número 11 de Sevilla ha dictado auto de apertura de juicio oral contra el militar brasileño perteneciente al séquito del presidente de su país, Jair Bolsonaro, que fue arrestado el pasado 25 de junio en el aeropuerto de San Pablo con 37 kilos de cocaína en una maleta.
Se le atribuye un delito contra la salud pública y la causa está pendiente ahora de que su abogado presente un escrito de defensa antes de que la Audiencia Provincial de Sevilla señale una fecha para la celebración del juicio.
La Fiscalía Antidroga ya elaboró su escrito de calificación provisional y pide para el militar una condena de 8 años de cárcel y el pago de una multa de 4 millones de euros.
Según el Ministerio Público, el detenido cometió un delito contra la salud pública con la agravante de notoria importancia del alijo, 37 tabletas de cocaína con una pureza del 80% que la Guardia Civil ha valorado en 1,4 millones de euros.
La investigación ha determinado que la droga iba a ser “vendida a terceros”, aunque no ha podido desvelar si sus compradores pertenecían a alguna banda de Sevilla o están en España o el extranjero.
A principios de septiembre, la instructora desestimó un recurso de la defensa y mantuvo al sargento en prisión, donde hace unos días recibió la visita de otros militares de su país que viajaron para interrogarle sobre este caso, aunque el detenido se limitó a contestarles que ni su esposa ni el resto de personas que iban con él en el avión están implicadas en el caso.
El militar fue interceptado en la tarde del 25 de junio al pasar el control aduanero del aeropuerto de San Pablo, donde había aterrizado tras volar antes desde Brasilia a Lisboa.
El Juzgado de Instrucción número 11 ordenó el 26 de junio el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del militar, que iba en el avión de reserva que acompañaba al presidente Bolsonaro a la Cumbre del G20 en Osaka (Japón).
El encausado es un sargento del Ejército del Aire y era el oficial al mando en el vuelo, concretamente el Brazilian Air Force BRS08, del Grupo de Transportes Especiales de la Fuerza Aérea, mientras que Bolsonaro viajaba en un Airbus 319.
El presidente de Brasil señaló ese mismo día que había sido informado de la detención de un militar “portando estupefacientes” y añadió que había pedido al ministro de Defensa “la inmediata colaboración con la Policía española en la pronta clarificación de los hechos cooperando en todas las etapas de la investigación”.
Bolsonaro defendió que “las Fuerzas Armadas tienen en su contingente alrededor de 300.000 hombres y mujeres formados en los más justos principios de ética y moralidad” y adelantó que “si se demuestra la participación del militar en este crimen, será juzgado y condenado”.
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