MADRID 17.10.2019 / Jose Manuel García Bautista
Se ha realizado, por primera vez, un trasplante de vértebras humanas.
Es un hito dentro de la Medicina que ha sido llevado a cabo por el Instituto ortopédico Rizzoli de Bolonia (Italia).
Gracias a la misma se ha salvado la vida de un paciente de 77 años que padecía un tumor en los huesos y corría el riesgo de la parálisis y la muerte.
Padecía cordoma, un tumor óseo cancerígeno en la columna vertebral o en la base del cráneo y que provoca su rotura final.
La delicada intervención incluía que una parte de la columna vertebral fuera sustituida por cuatro vertebras humanas.
El equipo del Rizzoli ha estado capitaneado por el director de Cirugía vertebral, Alessandro Gasbarrini quién explicaba:
“El paciente se estaba paralizando y hubiera tenido que enfrentarse a dolores que ni siquiera la morfina hubiera podido calmar.
Es lo peor que le puede ocurrir a una persona que ni siquiera sabe cuánto tiempo vivirá. Los médicos que le hacían la radioterapia tenían una exigencia:
Eliminar el tumor, es decir, las vertebras, pero sin tener que poner injertos de metal para cubrir la médula porque la radioterapia no hubiera sido eficaz”.
La mejor opción eran las vértebras humanas de un donante.
“Hasta ahora –explicó el doctor Gasbarrini- las vértebras se han reemplazado con diáfisis de fémur, un hueso de otra zona anatómica, con una estructura diferente de la vértebra y una menor posibilidad de integración.
La implantación de las cuatro vértebras en el paciente nos acerca al objetivo de una fusión perfecta con su columna vertebral y optimiza un curso de tratamiento con radioterapia, que no habría sido compatible, por ejemplo, con una prótesis de titanio”.
“Reconstruimos –añadió- la columna vertebral del paciente de la manera más similar a la conformación natural, restaurando una anatomía perfecta gracias a la implantación de un hueso con una estructura idéntica a la que tuvimos que extirpar debido al tumor”.
“Después de tres días de la operación pudo ponerse en pie”, explicó Gasbarrini.
La tarea de reconstrucción de la columna vertebral de la “forma más similar a la conformación natural es lo que hace la diferencia en el largo plazo”.
La posibilidad de rechazo es muy inferior a los de un trasplante normal de órganos.
El paciente estuvo un mes en el hospital. Quince días después del injerto, el paciente comenzó fisioterapia.
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