Los estudios sugieren que uno de cada cinco que contraen Covid-19 se lo da a otra persona
Los científicos dicen que los ‘superpropagadores’ pueden estar detrás del 80% de todas las nuevas infecciones
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Redacción 18.10.2020.-
A medida que los brotes de Covid-19 se encienden por el mundo, es una pregunta que continúa provocando debate: ¿cómo se está propagando esta infección? Por supuesto, todos conocemos los conceptos básicos. Necesitamos estar en estrecho contacto con otros para contagiar y contagiarnos corona, de ahí la necesidad de distanciamiento social.
El virus se transporta en gotitas respiratorias que también pueden permanecer en las superficies que tocamos, por lo que nos lavamos las manos.
Pero después de esto, las cosas se vuelven más difíciles de reconstruir.
Se nos dice que los clusters están ‘vinculados a la transmisión doméstica’ en lugares como determinados, pero, curiosamente, no en las escuelas primarias.
Hubo docenas de protestas en la calle en los últimos meses que atrajeron multitudes de cientos de miles, y nunca dieron lugar a picos en los casos, como se temía que pudieran ocurrir.
Mientras tanto, los vuelos repletos han estado operando entre los aeropuertos del Reino Unido y Europa desde agosto, causando pocos problemas.
Sin embargo, un brote grave en Plymouth se relacionó con ‘Zante 30’, un grupo de adolescentes que acababan de regresar de unas vacaciones en Grecia y luego se fueron de fiesta por la noche. ¿Por qué?
Hay otras paradojas de alto perfil.
Cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dio positivo por Covid-19 a principios de este mes, también lo hicieron más de 20 de su círculo cercano, casi todos los cuales habían estado en un evento en la Casa Blanca unos días antes.
Sin embargo, cuando la parlamentaria escocesa Margaret Ferrier apareció en el Parlamento mientras tenía Covid positivo, en la misma semana, e incluso asistió a la iglesia el día anterior, nadie pareció contraer el virus de ella.
¿Es solo una casualidad? ¿O podría haber, como cree un grupo creciente de expertos en salud pública, otro factor en juego?
En los últimos meses, se ha hablado mucho sobre la reproducción o el número R, que es la cantidad de personas, en promedio, infectadas por cada persona corona positiva. Esta es una métrica clave que parece estar guiando la política oficial contra la pandemia.
De los que dieron positivo a Covid-19 la semana pasada, solo el tres por ciento había visitado un gimnasio en los siete días anteriores, mientras que el diez por ciento había ido al pub.
Pero por su propia naturaleza, como promedio, enmascara las diferencias entre los individuos y cómo se comporta el virus.
Porque ahora se sabe que no todas las personas que contraen el virus realmente lo transmiten.
Algunos no tienen un contacto lo suficientemente cercano con nadie, mientras que otros tienen múltiples contactos cercanos en un corto espacio de tiempo.
Las personas pueden enfermarse con el virus pero no ser tan contagioso. Y hay quienes no muestran síntomas, así que continúan su vida con normalidad, pero transmiten el virus a otros.
De hecho, estudios recientes han sugerido que solo una de cada cinco personas que contraen Covid-19 en realidad se lo transmite a otra persona.
Estos ‘superpropagadores‘, dicen algunos científicos, podrían tener un impacto profundo en los patrones de infecciones que estamos viendo en el Reino Unido y el mundo. De hecho, podrían estar detrás del 80 por ciento de todas las nuevas infecciones.
Y si la teoría es cierta, podría significar que la táctica actual empleada, de intentar rastrear los contactos cercanos de cada persona que da positivo, es en el mejor de los casos una pérdida de recursos, porque la mayoría de estas personas en realidad, nunca infectará a otra persona de todos modos.
Ahora, The Mail on Sunday se enteró de que algunos equipos locales de salud ambiental ya están rompiendo silenciosamente con el protocolo del NHS y empleando un enfoque más específico que tiene como objetivo señalar el inicio de cada brote y el súper esparcidor que probablemente esté en su corazón.
Los estudios sugieren que este método, que ya se utiliza en otros países, podría ser dos veces más eficaz que el método actualmente aprobado por el Gobierno.
Si la teoría es cierta, podría significar que la táctica actual empleada por NHS Test and Trace es, en el mejor de los casos, un desperdicio de recursos (en la imagen: el personal recolecta muestras en un centro de pruebas en Leicester)
El primer súper esparcidor de corona británico se identificó a principios de febrero.
Steve Walsh, un líder asistente de Cub Scout de 53 años, contrajo el virus en Singapur en una conferencia, visitó una estación de esquí en los Alpes franceses donde infectó a otras 11 personas y luego regresó a su casa en Hove, East Sussex. En ese momento, todos menos dos de los ocho casos de Covid en el Reino Unido estaban vinculados al Sr. Walsh.
Y desde entonces se han identificado otros denominados “eventos de superdifusión“.
A principios de septiembre, la Universidad de Swansea dijo que un estudiante había sido responsable de 32 casos de Covid-19 después de asistir a una fiesta en una casa.
En el mismo mes, un turista que regresaba de España fue a varios bares en Bolton, en lugar de aislarse a sí mismo, y los funcionarios locales lo culparon por el “pico extremo ” de casos de coronavirus en la ciudad.
Posteriormente, se descubrió que el hombre no identificado era positivo para Covid, y los casos aumentaron de 12 por 100.000 a 212 menos de tres semanas después de su mal aconsejado recorrido por los bares.
Pero, ¿puedes localizar a estos súper esparcidores antes de que causen demasiado daño?
Tal vez no. Pero puede identificar prácticamente dónde ha estado uno, si usa el método correcto: se llama rastreo hacia atrás, una técnica que ha sido utilizada por los funcionarios de salud pública locales durante años.
Normalmente, como hemos dicho, NHS Test and Trace simplemente le pide a cada caso de Covid recién diagnosticado que entregue los números de cada persona con la que han estado en contacto cercano durante los últimos dos días, los llama y les pide que se pongan en cuarentena por dos semanas.
Pero el rastreo hacia atrás funciona de manera diferente. Los equipos de salud locales primero buscan grupos de infecciones en un área específica y enfocan su atención en ellos.
Entrevistan a las personas involucradas y les preguntan dónde han estado durante los últimos 14 días.
Luego, estas listas se comparan para ver si las ubicaciones específicas surgen más que otras.
“Si hay ubicaciones repetidas, digamos una cafetería y una sala de bingo, y la hora y la fecha de las visitas coinciden, los rastreadores tomarán la decisión de que ha estado allí un súper esparcidor ”, dice el profesor Jackie Cassell, experto en salud pública en Brighton and Sussex Medical School.
Luego se comunican con el lugar e intentan encontrar a todos los que visitaron en ese momento. Y estas son las personas que son contactadas y aconsejadas para aislarse o hacerse una prueba.
“En el proceso, es probable que acabemos poniendo en cuarentena el superdifensor“, añade el profesor Cassell.
El Dr. Muge Cevik, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de St Andrews, argumenta que el sistema actual empleado por Test and Trace corre el riesgo de permitir que los superpropagadores se escapen de la red. Ella dice: ‘Covid-19 se propaga en grupos. Tenemos que centrarnos en los entornos en los que se producen estos clústeres ‘.
El rastreo hacia atrás ha sido el método principal utilizado en Japón, una de las pocas naciones que no ha entrado en ninguna forma de bloqueo, desde el principio.
Habiendo identificado su primer caso de Covid-19 en enero, y a pesar de que Tokio es una de las ciudades más pobladas con más de 35 millones de residentes, la trayectoria de la pandemia ha sido dramáticamente diferente allí.
Hasta la fecha, ha habido alrededor de 1.650 muertes por coronavirus.
A diferencia de la mayoría de los países occidentales, su plan nunca ha sido intentar eliminar el virus, sino afirmar públicamente que esto es “imposible”.
También están realizando más de 20 veces menos pruebas que nosotros. “Japón no está probando a todo el mundo”, dice el Dr. Cevik.
“En cambio, está tratando de identificar dónde se infectaron las personas”.
Hitoshi Oshitani, del Grupo de Trabajo del Clúster Covid-19 de Japón, va tan lejos como para sugerir que intentar detectar cada caso de Covid-19 simplemente extiende los recursos hasta el punto de ruptura.
Su enfoque era ‘tolerar alguna transmisión’ para evitar el ‘esfuerzo excesivo’ mientras intentaban centrar las medidas de contención en los grupos, presumiblemente que contenían superpropagadores altamente infecciosos, cuando aparecían. Si intentas probar, rastrear y rastrear a cada persona que da positivo, se vuelve imposible ‘ver la madera de los árboles’, agregó.
Nuestros propios esfuerzos de contención y represión, se está volviendo cada vez más claro, no están funcionando. Esta semana, el propio grupo asesor científico del gobierno, Sage, calificó a NHS Test and Trace como de impacto marginal en la transmisión.
“Es un fracaso”, dice el profesor Cassell. “Podríamos haber estado empleando el rastreo hacia atrás desde el principio“.
Así es como los equipos de salud pública siempre se han ocupado de los brotes de meningitis y sarampión.
“Los equipos locales de salud pública conocen el área en la que trabajan: la dinámica familiar, a qué pubs va la gente, dónde trabaja. Desafortunadamente, en la prisa por centralizar las pruebas y el seguimiento, estos equipos y el trabajo vital que realizan fueron olvidados ”.
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