SEVILLA 13.9.2020 / Jose Manuel García Bautista
Es uno de los grandes retos y las grandes preguntas del ser humano que jamás ha podido responde: ¿Esta nuestra Humanidad preparada para un contacto extraterrestre?
Y es que la cuestión de deja de ser menos interesante de analizar. Por un lado están los que admiten que estaríamos preparados ya para ese momento; de otro lo que opinan que nuestra civilización de sumiría en el caos; no faltan los catastrofistas en esta interesante diatriba.
Ha sido la propia Ciencia quién alimenta este viejo sueño del ser humano cuando puso en marcha el proyecto SETI, un proyecto cuya finalidad era la exploración del Universo a la búsqueda de inteligencia extraterrestre y que tuvo su origen en 1970 amparada por la NASA.
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El proyecto SETI evolucionó con el tiempo y la moderna informática acercó a los internautas y al SETI mediante aquellos curiosos salvapantallas que saltaban cuando el ordenador estaba inactivo y que rastreaban posibles señales y si contenía algún mensaje con algún indicio de inteligencia. En todo ello también estaba colaborando el prestigioso radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico.
Pero el SETI ha seguido evolucionando y además de tratar de recepcionar estos mensajes también se trata de emitir mensajes a los extraterrestres que tengan la inteligencia de poder decodificar nuestra señal, es como un SOS intergaláctico para saber que no estamos solos y que tal vez jamás tengamos respuesta o la tengamos dentro de cientos de años, ¿quién sabe? Este proyecto es denominado como “Active SETI”.
Pero la iniciativa no ha sido bien acogida por todos pues astrofísicos como Stephen Hawking advierten del riesgo que esto supone para la humanidad, pues esa señal podría llegar a una civilización extraterrestre superior a nosotros que podría venir a la Tierra con intenciones hostiles, y he aquí el catastrofismo pues a lo largo de la Historia de la Humanidad se ha demostrado que una cultura o civilización superior siempre absorbe o elimina a la inferior, y la inferior seríamos nosotros.
Gabriel G. de la Torre es profesor de la Universidad de Cádiz y participa en Mars 500 así como en otros proyectos de psicología espacial que financia la AEE (Agencia Espacial Europea). ÉL se pregunta: “¿Se puede tomar una decisión así en representación de todo el planeta? ¿Qué sucedería si tiene éxito y ‘alguien’ recibe nuestra señal? ¿Estamos preparados para un contacto de ese tipo?”. Y es que tras ese contacto hay una serie de implicaciones éticas y sociológicas.
Su iniciativa es curiosa cuando menos: ha pregunta a más de un centenar de estudiantes universitarios de España, Italia y Estados Unidos unas preguntas al respecto valorando sus conocimientos de astronomía, su grado de percepción del entorno físico, su opinión sobre el lugar que las cosas ocupan en el cosmos o la importante cuestión religiosa tal como “¿Crees que Dios creó el universo?” o el contacto con extraterrestres.
Ha sido la revista Acta Astronáutica, la que indica que nuestra humanidad aún no estaría preparada para el contacto con extraterrestres. Se dejaría dominar por la situación, el miedo y la imaginación. No hay conocimientos ni preparación en la ciudadanía. Un contacto ET supondría un caos que afectaría negativamente a la economía mundial, la psicología y la paz.
De la Torres dice al respecto que “este estudio piloto viene a demostrar que el conocimiento que el público general de cierto nivel educativo tiene del cosmos y de nuestro lugar en él es aún escaso, por lo que se debe promover más una consciencia cósmica -donde nuestra mente sea cada vez más consciente de la realidad global que nos rodea- a través de la mejor herramienta de la que disponemos: la educación” y añade “en este sentido, nos hace falta un nuevo Galileo que abra este camino”.
Los principales factores de desconocimiento llegan en materia astronómica, a la vez que tienen tendencia hacia la subjetividad religiosa o la confianza en una “negociación” política, que eso es ya mucho creer comprobando la política de hoy día.
“En cuanto a nuestra relación con una posible vida inteligente extraterrestre, no deberíamos basarnos en referentes morales de pensamiento, ya que estos patrones están muy influidos por la religión. ¿Por qué unos seres más inteligentes deben ser ‘buenos?”, dice de la Torre quién cree que no debería monopolizarse este tema pues “realmente se trata de un tema global con un fuerte componente ético en el que participamos todos”.
Y es que hay quién cree que los extraterrestres vendrían a “comernos” quizás muy influenciados por la televisión y el cine, o quién cree que nos esclavizarían. Sólo son hipótesis válidas o inválidas.
No faltan, por supuesto, aquellos quienes afirman que estaríamos plenamente preparados -en un alarde sin igual de optimismo- y que, de hecho, ya han contactado pero los gobiernos nos lo ocultan.
Habrá que seguir esperando ese contacto, de momento, aquí en la Tierra, todo sigue casi igual.
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