Sevilla, 13.11.2019 (EFE).-
La Fiscalía de Sevilla solicita 3 años y 6 meses de cárcel para un hombre por maltratar psicológica y físicamente a su expareja, quien ha declarado ante el tribunal que el acusado “iba de Dios, de salvador”, mientras que él ha señalado que “lo único” que hacía era “dar consejos” a la mujer.
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla ha empezado a juzgar este miércoles a I.G.P., para quien el Ministerio Público pide dos años y medio de prisión por un delito de violencia habitual en el ámbito familiar y un año por lesiones, por unos hechos que presuntamente ocurrieron entre 2011 y 2013, aunque la denunciante ha calculado que la relación duró cuatro años.
En su declaración ante los jueces, el encausado ha negado las agresiones y ha explicado que primero convivieron en la localidad de Umbrete y más tarde se trasladaron a una casa de campo en Villamanrique de la Condesa “porque ella quería estar en la naturaleza”.
I.G.P. también ha dicho que “ella tenía problemas con la drogadicción”, por lo que él la ayudó en primera instancia y luego tuvo “la mala suerte” de enamorarse.
Ha reconocido que él fue consumidor esporádico de sustancias estupefacientes “con 15 o 16 años” y que a raíz de la denuncia, interpuesta en 2013, ha tomado “pastillas” y ha fumado marihuana “para dormir”.
En varios momentos de la relación, según su relato, él quiso “dejarla” pero “ella amenazaba con suicidarse, tirarse a la droga o meterse a prostituta”.
La Fiscalía denuncia que I.G.P. “aisló” a la víctima “de sus familiares y amigas” e incluso “le prohibía salir del domicilio sin su consentimiento”, a lo que el procesado ha replicado que hicieron “una vida normal” como pareja y que ella “siempre ha tenido las llaves de la parcela y ha hecho lo que ha querido”.
“Los traumas que tendrá serán de otra cosa, no por mí. Ha habido una buena vida y yo aportaba todo el dinero”, ha comentado el acusado, quien ha afirmado que él no ha hecho “absolutamente nada de lo que ella dice”.
La expareja, por su parte, ha asegurado que ella lo pagaba “todo” y que “él se quedó” con sus “ahorrillos” y su paro.
Según la mujer, la relación transcurrió “con mucha absorción” y ella se sentía “muy vigilada” porque él la miraba “como un halcón”.
“Siempre estaba dándome cursitos de psicología. Él iba de Dios, de salvador”, ha dicho, para luego añadir que no podía “ni salir a comprar el pan”, ni ducharse “hasta que él me daba permiso” ni “subir las persianas”.
“No paraba hasta que me hacía sentirme culpable y pedirle perdón”, ha destacado la denunciante, quien estuvo “dos años y ocho meses” sin ver a su familia porque su expareja no la dejaba “salir para nada”.
En cuanto a las drogas, ha reconocido que había “tonteado” con ellas pero ha negado que estuviese “enganchada”, a pesar lo cual él “manipuló” a su familia para alejarla de ella.
TE ASESORAMOS
OYENOS
