MISTERIO

Milagrosas sanaciones y la madre María de la Purísima

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SEVILLA 20.9.2020 / Jose Manuel García Bautista

La madre María de la Purísima se llamaba María Isabel Salvat Romero y su familia era de un elevado nivel social, nació el 20 de Febrero de 1926 y desde joven tenía claro que quería llevar una vida religiosa.

Siendo su deseo, con 16 años, en 1952 tomaría votos perpetuos siendo nombrada posteriormente superiora de los conventos de las localidades sevillanas de Estepa y Villanueva del Río y Minas.

En el año 1977 es elegida Madre General de la Compañía de la Cruz. De vida ejemplar falleció el 31 de octubre de 1998 siendo enterrada en la cripta del convento de la orden en la calle Santa Ángela de la Cruz de Sevilla.

Se le atribuye el milagro de una niña de tres años que tenía una grave dolencia cardiaca, una cardiopatía congénita, sufriendo una parada cardíaca con daños neurológicos. Cuando nadie creía que podría recuperarse y por medio de la intermediación de una reliquia de la religiosa, la niña sanó. Un hecho difícilmente explicable.

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El papa Benedicto XVI (hoy emérito), el 17 de enero del 2009 la proclamó Venerable y firmó el Decreto para su Beatificación el 18 de septiembre de 2010 por Monseñor Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en nombre del Papa.

El acto fue celebrado en el Estadio Olímpico de la Cartuja en Sevilla y el Papa Benedicto XVI la definió: “iluminada por la sabiduría de la Cruz, dedicó su vida al servicio de los pobres y de los enfermos y a la educación cristiana de la juventud”.

En el acto de beatificación contó con los Cardenales Carlos Amigo Vallejo -emérito de Sevilla-, Antonio María Rouco Varela -de Madrid-, Agustín García-Gasco -emérito de Valencia- y el Arzobispo de Sevilla, siendo presidido por la imagen de la muy querida Esperanza Macarena.
Carta apostólica de su beatificación:

Nos, acogiendo el deseo de Nuestro Hermano Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, así como de otros muchos hermanos en el Episcopado y de numerosos fieles, después de haber consultado el parecer de la Congregación para las Causas de los Santos, con Nuestra Autoridad Apostólica, concedemos que la Venerable Sierva de Dios María de la Purísima, religiosa, de la Congregación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, la cual, iluminada por la sabiduría de la Cruz, dedicó su vida al servicio de los pobres y de los enfermos y a la educación cristiana de la juventud, de ahora en adelante pueda ser llamada Beata y que se pueda celebrar su fiesta en los lugares y, según las normas establecidas por el Derecho, el 31 de octubre de cada año, día de su nacimiento para el cielo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 13 de septiembre del año del Señor 2010, sexto de Nuestro Pontificado.

Benedictus, PP. XVI.

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