La mallorquina fue subcampeona del mundo en duatlón antes de iniciarse de manera infernal en la élite de las dos ruedas.
Redacción: 11/10/2021
Según El Mundo, “Oía el helicóptero, golpes todo el rato, quemé los frenos porque iba parando cada dos por tres y reventé. No sabía ni lo que estaba haciendo, fue horrible”. El calendario marcaba abril de 2015 y Mavi García, de 31 años, corría su segunda carrera profesional en la Flecha Valona, una de las citas más prestigiosas del calendario. Hoy, tan solo seis años después, la mallorquina se ha convertido en la mejor ciclista española, capaz de ganar el pasado fin de semana el Giro dell’Emilia y hacerse un hueco incluso en el último Mundial de Flandes, donde se escapó en solitario hasta ser cazada a 10 kilómetros de meta. Cerca de cumplir los 38, vive una aventura que comenzó sobre unos patines, continuó en la pista de atletismo y todavía no ha acabado encima de los pedales.
La promesa del patinaje, que incluso llegó a disputar campeonatos de España, creció en una vida de adolescente de a pie, y dejó atrás las pistas, “cuando tuve la edad para salir por ahí todo el día”, separándose del deporte los siguientes nueve años. La “esclavitud de estar desde las tres de la tarde sobre ruedas”, la cambió por otros compromisos no menos sacrificados tras cursar estudios superiores. Mientras el pelotón ya rodaba con las estrellas de su quinta, García pasó su veintena trabajando en una pequeña empresa de maquinaria de hostelería: “Estuve en la oficina 12 años y ya me dedicaba casi a todo. Después de tanto tiempo te conoces hasta los rincones”.
Curiosidades de la vida, la cabra siempre tira al monte, y recuperó su relación con el ejercicio junto a una amiga que preparaba las pruebas físicas de la policía. El atletismo fue el deporte que finalmente le acabaría separando de la silla y el ordenador. Mavi fue subcampeona mundial de duatlón, no antes de dos años de “auténtica locura”, en los que intentó compaginarlo todo: “Me levantaba a las 6:30, corría 40 minutos antes de trabajar, hacía dos horas de bicicleta en el descanso para comer y volvía al polideportivo después de terminar en la oficina. Cenaba y me dormía pasada la media noche”.
EXCEDENCIA DE DOS AÑOS
Esa locura acabó con una excedencia de dos años, que finalmente cayó en el olvido con la mejora de resultados. “Hice los primeros duatlones con mi hermano y aluciné al ganar mi primera carrera”, recuerda con una sonrisa. Tan bien fue este nuevo capítulo, que acabó en una concentración de prueba con el Bizkaia-Durango, el equipo ciclista de categoría continental que le acabó fichando: “Me empecé pagando yo todos los viajes, y aunque hacían todo lo que podían, tenía que continuar en los duatlones porque los premios eran muy grandes y casi tenía asegurado siempre el podio”.
El dinero dejó de ser una preocupación relativa al fichar en 2019 por Movistar, donde empezó su carrera en exclusiva sobre el sillín. “Fue una decisión económica porque lo hubiera cogido igual si me lo hubieran ofrecido en el duatlón. Yo ya no era una niña y tenía todas las obligaciones”, afirma. Entre una de ellas estaba la de responder en la carretera, algo que no tardó en hacer, pero ya “con confianza y posibilidades” vistiendo el maillot del Alé BTC Ljubljana, donde terminó de explotar.
Un quinto puesto en el Giro de Italia, plata en la Strade Bianche o su primera participación en los Juegos Olímpicos de Tokio son algunos de sus credenciales, en una carrera meteórica pero tardía, en el que ya se ve el final: “Más de tres años no creo que pueda alargarlo, pero ahora es cuando estoy disfrutando porque ya sé lo que estoy haciendo y he pasado la penitencia de no saber correr como se debe”.
ANE SANTESTEBAN, SEGUNDA BAZA
La fecha del DNI es la que es, pero si algo tiene claro Mavi García es que la vida de la oficina no la va a volver a vivir, ni tampoco representar de nuevo a Movistar, una escuadra de la que también está alejada Ane Santesteban, la segunda baza nacional que milita en el BikeExchange australiano. “Es un error por su parte y es raro porque siempre hay motivos para que ni Ane ni yo estemos allí. Si se crea un equipo español es para apoyar a las ciclistas nacionales y no ganar carreras con extranjeras. Eso es lo fácil, pero hubiera sido más bonito mantener el bloque con el que empezaron y que reconocería la gente. Creo que vale más una quinta plaza de Mavi en el Giro que un campeonato de Europa de Van Vleuten”, sentencia la seis veces campeona de España.
Quién le iba a decir aquel abril, en el terror de la Flecha Valona,que cambiaría los patines por las zapatillas y más tarde por los pedales, en una historia que todavía tiene alguna hazaña por escribir.
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