La conocida en las redes como ‘Boticaria García’ da una suerte de consejos que pueden resultar de interés
La Voz de Galicia 11.5.2020.-
El test de orina, dice la farmacéutica y nutricionista que triunfa en redes como Boticaria García, es «algo muy sencillo que ha estado dando vueltas en Alemania.
La recomendación en España es ‘ponte la mascarilla’».
«Yo echo en falta que sea más clara. Al igual que Sanidad tiene una infografía para entender por qué el uso de guantes por la calle no es recomendable en general, por la falsa sensación de seguridad, en mascarillas no hay una obligación, pero también porque no puede ser obligatorio el uso de algo de lo que no tenemos disponibilidad.
La mascarilla la comparamos al test de orina en lo siguiente: si llevas puesto el pantalón y el otro lo lleva, si uno se hace pis, queda la mayor parte del líquido retenido por el pantalón. Con las mascarillas: si tú la llevas y el otro también, las partículas que se desprenden de la tos no llegan», ilustra.
No hay una dieta anticovid, ni soluciones mágicas, pero sí alimentos y medidas protectoras.
El sentido común, señala Marián García, parece escasear en algunos casos como la levadura y la cerveza, «solo hay que fijarse en los consejos de Trump y en quienes se los aplican».
¿Cuáles son las dudas y las consultas más frecuentes?.
-¿Las mascarillas debemos usarlas todos, adultos y niños?
-Sí. Hablaba estos días con una médica de la uci del Hospital Puerta de Hierro, de Madrid, y me decía que volvían a tener escasez de mascarillas, que tenían que reutilizarlas. Con eso, no está la cosa para que las acaparemos el resto. Nos vale con las mascarillas quirúrgicas, pero estas evitan que contagiemos a otros, no previenen que nos contagiemos. Para prevenir el contagio es clave que el otro también la lleve puesta. Y ahí vamos al test de orina. Si vais los dos en pelotas y sale el chorro, algo te cae. Es fácil de entender. Cuanto más protegidos los dos, menor el riesgo.
-¿La mascarilla más recomendable?
-Salvo que estés en primera línea de riesgo, las quirúrgicas. Las que llevan la válvula son «egoístas», porque por la válvula exhalas partículas.
-En cualquier caso, antes que la mascarilla, la prioridad es respetar la distancia de metro y medio, ¿no?
-O de dos metros, mejor. La carga viral es importante, por eso hay que mantener las distancias siempre, incluso cuando vamos por la calle. Cuando vamos por la calle, hablamos de cuatro metros, y cuando vamos corriendo, de diez. El Gobierno dice que no es obligatorio llevar la mascarilla para correr; el tema es tener en cuenta el rebufo; es decir, si vamos andando y tosemos el de atrás se lo come, dicho rápido. Claro, no es lo mismo el que vive en una aldea en Galicia que quien vive en una gran ciudad. En la acera de una ciudad suele ser difícil mantener las distancias.
-¿Las caseras no son tan buenas como las quirúrgicas?
-Lo mejor, las mascarillas quirúrgicas, pero como están pensadas para cuatro horas, si las vamos a usar para un paseo de media hora o para ir un momento a por el pan podemos, al llegar a casa, guardarla en una bolsa y meterla en un cajón; y luego reutilizarla. Desde la Universidad de Stanford lo han advertido: si tú calientas la mascarilla a 70 grados durante 30 minutos la desinfectas. Ojo, esto puede deformarla, y es solo para las FFP2 y FFP3, en ningún caso para las quirúrgicas, que son desechables y no están pensadas para ser desinfectadas. ¡Y hay gente haciendo mascarillas al vapor como si fueran lubinas! Esto es una aberración, como meterlas en la Thermomix. Es más, al hacer vapor se pueden generar aerosoles. Cuando estornudas las partículas de la saliva se caen al suelo, pero las más finitas, las que se generan si vaporizas, pueden quedar suspendidas durante tres horas en tu casa. Las mascarillas en casa no se deben desinfectar nunca. Para eso, mejor compras una de tela y la metes en la lavadora y ya está.
-Otro capítulo es cómo debemos usarlas: hay quien las lleva del revés, en modo visera o por debajo de la nariz…
-En el libro 123 preguntas sobre coronavirus indicamos cómo se pone y cómo se quita una mascarilla; lo mejor es verlo en un vídeo, para entenderlo fácilmente. Ya deberíamos tener vídeos en la tele, como los anuncios sobre cómo se lavan bien las manos. No somos especialistas en esto. La mascarilla no se pone ni quita por ningún sitio que no sean las gomas. Son pautas que hay que enseñar a los niños y también en los trabajos.
-¿Hay una dieta clave, que nos ayude a prevenir la enfermedad?
-No, las recomendaciones son las mismas que las de una alimentación saludable en general, pero la OMS insiste en que hay nutrientes que ahora es complicado conseguir, como la vitamina D. Esto se solucionaría estando 15 minutos al día, en las horas centrales, expuesto al sol en una ventana. La alimentación debe incluir el pescado azul, los lácteos, yema de huevo… y con eso, suficiente. Y ahora que podemos pasear es distinto. Pero la obesidad es un peligro, en especial si uno cae enfermo con covid. Que tu lista de la compra y tu plato se parezcan a la bandera de Portugal, con mucho verde y mucho rojo. Que la mitad de lo que comas sean frutas y verduras. Los porcentajes de sobrepreso en España son altísimos, se han multiplicado por diez en los últimos 40 años. Hay que tomar conciencia de esto, porque la ansiedad de estar en casa, del momento, nos puede llevar a comer más. Hay que dejar atado en la lista de la compra lo que vamos a comprar para no volvernos locos con el picoteo en el súper. Caprichos, para un día o dos de la semana. Nada más. Un donut una tarde a la semana es razonable, dentro de una buena alimentación general. Siempre hay alternativas saludables. Los vasos de arroz integral, menestras preparadas, legumbres en conserva o caldos y gazpachos de bote pueden estar bien. Hay recursos.
-Esta crisis nos altera el sueño, la tranquilidad y el descanso. ¿Qué hacemos para tratar de descansar mejor?
-No debemos medicalizar esta situación a menos que nos impida continuar con la vida. Lo fundamental son las rutinas. No te lleves el móvil a la cama. Y un vaso de leche caliente o infusión pueden ayudarte a conciliar el sueño.
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