19 de julio de 2019.-
Años de crisis. Una década larga de soportar el vendaval de la ayuda a quienes no se lo merecen. Es momento de recordar. Todos los días lo son. Recordar las personas que no están, las familias que no pueden llevar la decadencia del estado del bienestar en España.
Ahora que se dice que se repunta económicamente (han sido bastantes las ocasiones en que se ha generado esta ilusión óptica en los últimos 14 años) hay que mirar hacía atrás y comprobar los datos.
En España, desde 2007 a 2018, según el último estudio realizado y del cual quedó constancia se habían suicidado por motivos económicos 18.700 personas. Una medía de 5 personas al día. Estos últimos tres años la media no ha descendido
¿Por qué decide alguien acabar con su propia vida?
Con frecuencia, estas personas están tratando de alejarse de una situación de vida que les parece imposible de manejar. En el intento de suicidio están buscando alivio. Suelen sentirse avergonzados, culpables o como una carga para los demás. Se sienten víctimas, y tienen sentimientos de rechazo, pérdida o soledad. En los intentos de suicidio suelen reflejarse los gritos de ayuda.
En esta causa, se muestra evidente la influencia de la violencia económica ejercida contra las personas que no pueden responder a sus deudas o no pueden mantener a su familia.
Aunque se diga, o se quiera ocultar, que la pobreza no existe en España, los datos correspondientes a esta causa son altos y elevados.
Y, no obstante, la cuestión no se acoge debidamente. Los distintos gobiernos precrisis no previeron tal situación. Los de la crisis no quisieron dar una respuesta por salvar el sistema financiero económico. Los de la presunta postcrisis no se lo plantean de forma seria.
Esta violencia se ejerce de muy diversos modos. Algunos sutiles como las cartas nocivas reclamando deudas o las llamadas continuas y a deshoras asustando a personas y generándoles inquietud.
Otros métodos son menos indirectos. La reclamación sin dar solución posible con respecto a la situación económica actualizada. En algún momento parece que la ley de segunda oportunidad abre un rayo de esperanza a la solución vital de la persona, pero, casi siempre, para todas aquellas que lo han perdido todo.
Por último, las más contundentes. La imposibilidad de acceder al crédito por encontrarse en un registro de morosidad. La ejecución hipotecaria reclamando la totalidad de una deuda que aún no ha vencido. Por último, el lanzamiento mediante el desahucio sin posibilidad de acceder a otra vivienda, la imposibilidad de acceder a un trabajo por la edad, o, la de obtener una ayuda o renta básica de subsistencia ante tan dura situación.
Toda esta violencia ejercida de forma psicológica y argumentada desde las corporaciones, o desde la ausencia de regulación jurídica, hace sufrir a familias y no se hace visible.
Los datos que se extraen de la estadística ‘Defunciones según la causa de muerte’, difundida el 19 de diciembre de 2018 por el Instituto Nacional de Estadística (INE).https://www.ine.es/prensa/edcm_2017.pdf son alarmantes.
Según este informe, el suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa en España, con 3.679 fallecimientos, un 3,1% más que en 2016. El 74% de las personas que se quitaron la vida fueron hombres.
En el mundo cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone una tasa de mortalidad “global” de 16 por 100.000. Se trata, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), del mayor problema de salud pública de Europa.
La magnitud del problema es aún mayor de lo que parece ya que, por cada una de estas personas, se estima que hay otras 20 que lo intentan. El suicidio es la primera causa de fallecimiento no natural en España desde hace 12 años, y el número de víctimas duplica en 2017 al de accidentes de tráfico.
La Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA considera alarmante que en España cada año alrededor de 3.500 personas se quiten la vida, lo que supone que 10 personas al día fallecen por esta causa en nuestro país, el 74% hombres.
EL PAPEL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ANTE EL SUICIDIO
Los medios pueden jugar un papel fundamental en la prevención del suicidio. Según la OMS, informar de manera responsable y adecuada es una de las medidas que pueden ayudar a prevenirlo.
En base a las directrices de este organismo internacional, SALUD MENTAL ESPAÑA ha elaborado distintas propuestas o recomendaciones para los periodistas, entre las que se encuentra no descartar hablar sobre suicidio, siempre y cuando no se trate la información de forma sensacionalista (especialmente en el caso de personas famosas que pueden tener más impacto mediático). También ha publicado en redes sociales una serie de imágenes confrontando mitos y realidades del suicidio.
LA DEUDA PÚBLICA
Por ello es preciso recordar el post que en facebook posicionó la PAH VENDRELL. Es la evidencia de que la violencia económica es invisible. Se encuentra presente, pero, aún siendo la de mayor calado, no se batalla contra ella. Quizás sea por que la mayor parte de la deuda pública del Estado se encuentre en manos de los bancos nacionales.
Aunque en los últimos años, los bancos españoles han ido perdiendo peso sobre el total de deuda pública, el monto que mantienen en su poder es elevado. Si nos remontamos a junio del año 2012, con el famoso rescate bancario, las entidades nacionales llegaron a acumular el 34,9% de toda la deuda en circulación, lo que suponía un total de 201.473 millones de euros.
Desde ese punto de partida, en los últimos años los bancos nacionales se han desprendido de un total de 16.975 millones de euros, y en el ejercicio 2016, cerraron con una cifra de 184.498 millones de euros, con un peso relativo sobre el total de deuda pública en circulación del 22,4%. En 2018, la deuda pública asumida por los bancos españoles respecto del Estado ascendía a 160.000 millones de euros. Una cantidad nada desdeñable.
Este descenso en términos relativos, se debe a varios factores, pero el principal es que en los últimos cinco años, la deuda pública no ha parado de crecer, pero ha sido absorbida mayoritariamente por los inversores extranjeros.
En base a las cifras de 2016, el 51,6% de la deuda pública del Estado estaba en manos de inversores extranjeros, una notable diferencia si lo comparamos con los años anteriores.
En el año 2012, los inversores extranjeros sólo acaparaban el 31,4% del total de deuda en circulación.
Otro de los grandes tenedores de la deuda del Estado es el Banco de España, siendo el tercer tenedor con mayor deuda pública, pues acapara el 16,8% del total de deuda en circulación. Cuatro años atrás, en 2012 el Banco de España sólo asumía un peso relativo del 4,8%. A lo anterior, se ha de sumar, la compra de la deuda pública por parte del Banco Central Europeo, que no cesa, aún cuando se encuentra a punto de concluir.
RECORDATORIO
Tal y como antes anunciaba, y para finalizar, la PAH VENDRELL recordaba en facebook a una víctima de la violencia económica. Estas eran sus palabras:
Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
Nuestro comPAH José M. López, luchador incansable, activista comprometido, persona noble y buena, no ha soportado más la enorme presión a la que fue sometido.
José, sufría por perder su casa. Durante años trabajó duro para tenerla. Se la construyó poco a poco. Era su ilusión. Un golpe de mala fortuna le llevó a la petición de desahucio por el Banco Popular y el fondo Aliseda.
En este país si eres un ciudadano cualquiera, tienes difícil ganar ante los poderosos. La gran mayoría de los préstamos hipotecarios, que la banca hacia firmar, ante notario, estaban llenos de cláusulas abusivas y fuera de la ley. Nadie nos advertía de ello. Los culpables no serán castigados ni padecerán por ello.
La Banca usurera, poderosa y fuerte económicamente, acaba comprando voluntades.
Aunque la ley diga que el que reclame la deuda si la vendió ya no es el acreedor, como el propio Banco de España reconoce, salvo honrosas excepciones, los que imparten justicia siguen reconociéndole la legitimación activa al banco.
La lucha de la PAH no va a cejar. Pedimos justicia, no queremos más muertes ni personas que se quedan sin techo, mientras una parte de esta sociedad tan injusta se forra de ganar dinero a costa de los pobres.
Somos las víctimas, de la especulación económica de una sociedad “liberal capitalista” e insolidaria. Las crisis no son fenómenos aislados, como demostró el economista Clement Juglar con estadísticas. Son fluctuaciones, con intervalos de siete a diez años, que el capitalismo especulativo y acaparador provoca.
Esa es la razón de nuestra presencia en la sociedad, dar visibilidad a la usura y al consentimiento político de estas prácticas, que conducen a muchas personas que como nuestro compañero no puedan resistirlo.
Por él y por las miles de familias que sufren, en la PAH VENDRELL seguiremos luchando.
¡¡¡SÍ SE PUEDE!!!
DEP. NO TE OLVIDAREMOS JOSÉ.
