SEVILLA 30.3.2020 / Jose Manuel García Bsutista
Hay personas a las que les viene grande el cargo asignado en el Gobierno o, por contra, creen que la ciudadanía es tonta o, por el contrario, el grado de incompetencia es tan alto que lo manifiestan públicamente sin ningún pudor.
Es es caso vivido, en reciente comparecencia pública, de responsables del gobierno. Ante la pregunta sobre la compra de test defectuosos y su devolución en la crisis del coronavirus se produjo una de ellas.
Fue en directo, en rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Técnico. La pregunta, lógica y correspondiente, ante el engaño en la compra de los test, la formuló el diario ABC y fue: “Otros países que compraron Biosy han cancelado los pedidos, ¿por qué hemos vuelto a confiar en la misma empresa? ¿Cuánto dinero pagaron por ese pedido?”
El responsable Fernando Simón derivó la pregunta a la directora general de la Cartera Básica y Farmacia, Patricia Lacruz, encargada de estas cuestiones y la respuesta fue de premio, tan lamentable como lamentable es la tomadura de pelo pública:
“Todos los pedidos se realizan a empresas, en este caso fabricantes, distribuidores, intermediarios, empresas que nos garantizan el objetivo del producto. Este es el fin para adquirir cualquier producto para hacer frente a la infección del Covid-19. Estas empresas pueden ser nacionales o de otros países”. Me recordó a aquella Miss que ante la pregunta: “¿Quién fue Confucio?” respondió aquello de: “Confucio inventó la confusión”… Confundidas sin dudas.
De este modo, la directora general de la Cartera Básica y Farmacia dio por concluída una contestación, en la que no contestó a nada de lo preguntado por ABC… Increíble.

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