SEVILLA 9.4.2020 / Jose Manuel García Bautista
Causan admiración y sana envidia verlos pasar ataviados con su imaginario traje “de romano” -diseñados por el mítico Juan Manuel Rodríguez Ojeda-, sus plumas de avestruz al viento y el dulce son de una música eterna para una noche eterna y una ciudad eterna, son los llamados “armaos” de la Macarena o la “Centuria”.
La “Centuria Romana” no fue la única existente en la ciudad, existieron otras como la de la hermandad de Montserrat quienes debieron de dejar de procesionar por llevar un atuendo inadecuado o poco riguroso con los acontecimientos acaecidos en el Gólgota.
También la hermandad de las Cigarreras tuvo su particular “Centuria” desde el año 1876 al 1882 en el que las reglas de la hermandad aconsejaron su disolución. Curiosa esta hermandad que ha visto cambiado al Señor de la Columna y Azotes en varias ocasiones y a veces sin comprender el fiel devoto bien el motivo.
El actual es obra de Francisco Buiza, tallado en 1974. En la hermandad de La Carretería durante 1677 y 1678 figuró en el cortejo profesional una compañía de soldados romanos pero fue una paso tan fugaz como efímero. Hermandades como San Benito, la Sagrada Mortaja la Amargura o la Trinidad también quisieron tener su propia centuria pero fueron ideas que no calaron hondo en las estrictas reglas de sus hermandades.
Y volviendo a los “armaos” de la Macarena habría que retrotraerse al año 1.892 para comprobar como Vicente Sorolla propone a la hermandad de la Macarena la creación de una “Centuria Romana” que acompañase al Señor de la Sentencia en su estación de penitencia.
Habría de esperar cinco años para ver como en 1897 se aprueba la constitución de la “Centuria Romana” siendo ratificado por el Cardenal de La Lastra, Arzobispo de Sevilla.

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