SEVILLA 25.10.2020 / Jose Manuel García Bautista
La llaman “La esfera de Betz” por haber sido descubierto por la familia Betz en 1974. Es un curioso y extraño objeto: una esfera perfecta que despertó el interés y la curiosidad de los científicos y los amantes del misterio.
Terry Matthew Betz, de 21 años, en el mes de mayo de 1974, junto a su padre y su madre, Anthony y Gerri, inspeccionaban los daños que había provocado un incendio en su propiedad en la zona de Jacksonville, en Florida, Estados Unidos.
Fue allí donde encontraron una esfera metálica perfectamente pulida de 20,32 centímetros de diámetro. Pese al incendio la esfera estaba en perfecto estado y pensaron que la NASA podría estar tras aquel misterioso objeto o, tal vez, ser parte de un satélite ruso.
La esfera se quedó en el dormitorio de Terry y dos semanas después, mientras tocaba la guitarra con una amiga, Theresa Fraser, se produjo algo realmente extraño: la esfera comenzó a vibrar y emitir un sonidos pulsante como si estuviera respondiendo a determinados acordes de la guitarra.
Tras ese efecto que provocó la esfera comenzaron a observar un “comportamiento” extraño en la misma como el de ser arrojada rodando por el suelo y ser capaz de rectificar su trayectoria sin que nadie interviniera y regresar al punto desde el que había partido.
En otra ocasión se había movido sola durante doce minutos hasta regresar a su punto de partida, era sensible a los cambios meteorológicos y era influenciada por la luz solar. La esfera además presentaba una “mancha” triangular en la esfera. Era tan impactante que los Betz la mostraron públicamente a los medios de comunicación siendo un fotógrafo, Enger, escéptico, elegido para comprobar las capacidades de aquella extraña esfera.
Enger comprobó cada milímetro de la esfera no encontrando señales de fábrica salvo el extraño triángulo. El periódico local no perdió la oportinidad y publicó un informe que sería muy célebre y que provocó que otros diarios, como el prestigioso New York Times, publicaran sobre aquella historia tan intrigante. Militares de Estados Unidos, miembros de la NASA, pidieron estudiar la esfera y la Marina de Estados Unidos emitió un comunicado en el que se afirmaba que ellos no eran los propietarios de la misma.
Pero los fenómenos continuaron en casa de los Betz y los fenómenos extraños siguieron en noches sucesivas cuando se escuchaba en la casa música “como de órgano”, las puertas se abrían y cerraban solas a cualquier hora o luces que funcionaban a voluntad.
La familia, aterrada, autorizó a los científicos de la Estación Aérea Naval de Jacksonville a investigarla pero los metalúrgicos fueron incapaces de determinar su origen. Chris Berninger explicaba: “Nuestros primeros intento de rayos-x nos conducen a ninguna parte. Emplearemos una máquina más poderosa sobre la esfera y también ejecutaremos una espectrografía para determinar de qué metal está hecha”.
Como características destacadas dijeron que la esfera tenía un peso de 9 kilos y un centímetro de grosor siendo muy resistente a la presión, estaba construida en un metal inoxidable y magnético. En un estudio con rayos-X se descubrió que tenía, en su interior, dos objetos redondos con un “halo” y una densidad anormal, igualmente tenía cuatro polos magnéticos. No era radiactivo y se temía que pudiera ser explosivo.
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El miedo a que fuera destruida hizo que Gerri solicitara la devolución de la misma y en el seno de la familia se comenzó a sopesar que fuera de origen extraterrestre.
El Dr. James Albert Harder, profesor de ingeniería civil e hidráulica de la Universidad de California en Berkeley, quedó fascinado por la misteriosa esfera, incluso fue expuesta en algún congreso sobre ufología como el Congreso Internacional de Ufología, en Chicago, el 24 de agosto de 1974, donde Albert expuso conclusiones inquietantes: “Si alguien intentara dividir la esfera, podría explorar como una bomba atómica”.
Los Betz se hicieron cada vez más herméticos con respecto a la esfera, al punto que nadie supo nunca que era o cual era su origen. Relacionado con el tema ufológico se especuló que fuera uno de los famosos “foo fighters” de la IIª.Guerra Mundial pero jamás pudo demostrarse si lo era o no.
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