MADRID, 16.1.2020 (Reuters) –
La justicia española está investigando a varios exdirectivos de DIA por manipular sus cuentas de 2017, cuando comenzó a gestarse la crisis que estuvo a punto de llevar a la quiebra de la empresa y culminó con el cambio de sus gestores y una profunda reestructuración.
Según un auto de la Audiencia Nacional en el que cita como investigados – la antigua figura del imputado – al ex consejero delegado Ricardo Currás y otros cuatro directivos, la investigación busca dilucidar si los exgestores alteraron las cuentas con el fin de alcanzar ciertos objetivos que no se habían cumplido y con ello cobrar un pago variable ligado a dichas metas.
“Tras la investigación (…) se puede concluir que de los ajustes que se incorporaron a los estados financieros de grupo DIA correspondientes al ejercicio 2017, cuatro de ellos tienen su origen en prácticas contables irregulares ideadas por Ricardo Currás”, indicó el juez Alejandro Abascal.
Entre dichas irregularidades, el auto destaca la “previsión de ingresos no justificados”, una “incorrecta contabilización de ingresos” y “pago de bonus y gratificaciones al personal no provisionados”.
Cuando el 15 y 22 de octubre de 2018 el grupo anunció que reformulaba sus cuentas del ejercicio de 2017, las acciones se desplomaron un 42,2 por ciento y un 22,5 por ciento, respectivamente.
Además de los cinco exdirectivos de DIA, investigados por los delitos de administración desleal y falsedad contable, la Audiencia también analiza la implicación de un representante del auditor de las cuentas, KPMG.
Reuters ha intentado conectar con Currás y otros exaltos cargos de DIA sin éxito.
La CNMV, que fue quien obligó a reformular las cuentas de DIA de 2017, hizo público el miércoles que a finales de diciembre había acordado incoar un expediente sancionador por infracción muy grave a los directivos de Dia y a la empresa por presentar “información financiera con datos inexactos o no veraces” en 2016 y 2017, pero suspendió el procedimiento a la espera del proceso penal.
Una portavoz de Dia dijo que “a día de hoy la empresa no tiene notificación de ninguna implicación como sociedad en el proceso y en cualquier caso sería una perjudicada más” de las supuestas irregularidades de los antiguos gestores.
A finales de 2019 DIA completó una ampliación de capital por 600 millones de euros como elemento central de una reestructuración emprendida por el nuevo accionista de control de DIA, Mijaíl Fridman, a través del fondo LetterOne, que tomó las riendas de la salvación del grupo mediante una opa y negoció posteriormente una refinanciación con la banca.
Asfixiada por la dura competencia de los operadores nacionales y extranjeros, DIA ha sufrido en los últimos años un deterioro en su negocio y su balance al no poder frenar la pérdida de la cuota de mercado que había ganado ofreciendo descuentos durante la prolongada recesión en España.
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