SEVILLA 16.11.2016 / Jose Manuel García Bautista
A lo largo de la Historia del Hombre se han producido hechos que por su alcance han trascendido su época y han formado parte de ese anecdotario histórico que posee nuestra primitiva cultura, muchos de esos errores provocados por el desconocimiento o la falta de interés, algunos tan singulares como los que les paso a narrar.
Durante los actos de inauguración del Canal de Panamá (1920), el secretario de asuntos exteriores de Estados Unidos, William Jennings Bryan (1860-1925) invitó a todas las armadas de los países occidentales a enviar una representación que también respaldara aquel importante acontecimiento que marcaría la navegación mundial…
El error vino que al invitar a todas las armadas de Europa lo hicieron con Suiza que es un país que no la posee.
Cuando Francisco Fernández de Córdoba (¿-1518) llegó a una península en la zona caribeña de México la llamó Yucatán por que todos los nativos decían continuamente esa expresión, entendiendo que se llamaba así.
Sin embargo Yucatán significa taxativamente: “No le entiendo”, y es que aquellos pueblo pre-colombinos, como es obvio, no hablaban español…
Fue George M. Willing, senador norteamericano, quién en 1860 dio el nombre de Idaho a una basta extensión de terreno en Pike´s Peak, avalando con ello que significaba “Perla de la Montaña”.
Sin embargo algo fallaba en aquella traducción ya que los estudios del Congreso no apuntaban a esa posibilidad, y así llamó a todo a aquel territorio como el nombre del río que lo atraviesa: Colorado.
Idaho se mantuvo en la memoria y cuando tocó nombrar los nuevos territorios del noroeste de la costa del Pacífico. Y así en 1863 se llamó oficialmente Idaho, en 1890 fue elevado a estado de la Unión.
Fue años después cuando se descubrió que “Idaho” significaba en idioma nativo “mierda de búfalo”.
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