SEVILLA 29.8.2020 / Jose Manuel García Bautista
La noche era fresca y desapacible, pese que aún era el mes de septiembre, de 1974, comenzaba a sentirse el venidero viento del norte. El escritor A.C. McKerracher se encontraba trabajando cuando decidió parar para respirar el aire y dar descanso a su mente.
El escritor junto a su familia se había trasladado a vivir a una casa en una colina, desde aquella colina en la urbanización se podía ver el pueblo de Dunblane, en Perthshire (Escocia).
Aquella noche era clara, estaba despejado y caía la niebla en el páramo, de pronto el escritor sintió que aquella quietud, aquel silencio, se rompía con un murmullo, como si muchas personas se acercaran…
Era como si aquellas personas estuvieran cruzando los campos pero el escritor no veía nada, pensaba que había trabajado demasiado y decidió volverse a casa. Pero aquel sucedo lo intrigaba y veinte minutos después volvió a salir y puso atención: el sonido se escuchaba con más fuerza y próximo. Sorprendido escuchaba como si por allí en medio una legión estuviera marchando tras las casas por las otras calles.
McKerracher decía al respecto:
-Me quedé plantado donde estaba, mientras pasaba la irreal e invisible cabalgata. Los marchadores debían de ser miles, pues el ruido no paraba.
Decidió volverse a casa y acostarse, creía que el trabajo lo había acabado por agotar.
A la mañana siguiente fue a visitar a sus vecinos a los que contó lo que había podido escuchar; los vecinos le comentaron que tenían un perro y un gato que por la noche habían estado inquietos y se levantaban en el pelo erizado.
-Pareció que observaban algo que cruzaba el salón, durante veinte minutos. Estaban aterrorizados.
McKerracher anotó el comportamiento de los animales la misma hora que él había escuchado a la legión invisible y comenzó una tarea de investigación acerca de algún suceso que pudiera explicar la extraña visión acústica que había tenido o el extraño comportamiento de los animales de sus vecinos.
Buscando en el archivo de la ciudad descubrió que por allí mismo, en otros tiempos, había pasado una calzada romana, iba en dirección Norte que es donde precisamente se encontraban las casas del otro lado de la calle.
En el siglo I d.C, año 117, la IX Legión Hispánica fue enviada a aquella zona para acabar con un levantamiento tribal en Escocia, aquella legión la formaban casi 4000 hombres.
A la Legión Hispánica se la conocía como «Aciaga Novena», debido a que en el año 60 d.C. sus integrantes habían azotado a la reina Boadicea, de la tribu Iceni de Inglaterra, posteriormente violaron a sus hijas y la reina Boadicea lanzó sobre ellos una eterna maldición; no quedó ahí la venganza de la reina Boadicea pues ella misma se rehízo y lideró una rebelión que dio muerte a muchos de los legionarios de la “Aciaga Novena”.
Aquella legión se reagrupó y reforzó pero el espíritu no era el mismo y la maldición pensaba sobre ella. La legión marchó al interior de Escocia donde desapareció tras pasar por donde, en siglos posteriores, se edificó un pueblo llamado Dunblane. Nunca más se supo de la legión, el misterio de lo sucedido con la misma pervive hoy en día.
Curiosamente en octubre de 1984, McKerracher, que no tuvo más aquella experiencia sonora y ya vivía en el barrio antiguo de Dunblane, dio una conferencia de la interesante Historia local en el club femenino. Al acabar se le acercó Cecilia Moore que le confesó haber escuchado a la legión perdida.
Ella vivía en la calle donde el escritor ubicaba la casa, le comentó:
-Una noche había sacado al gato cuando oí un ruido que parecía el de un ejército cruzando mi jardín de atrás.
McKerracher dedujo entonces que Cecilia Moore había tenido esa experiencia la misma noche y a la misma hora que él.
“Estoy convencido de que lo que ella vio y yo oí, y vieron los animales de mis vecinos, fue la maldita “Legión Novena”, marchando a su terrible y desconocido destino, dos mil años atrás” escribió McKerracher.
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