Historia MISTERIO

Estados Unidos y la conspiración de Pearl Harbor

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SEVILLA 30.5.2020 / Jose Manuel García Bautista

El presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt dijo que el 7 de Diciembre de 1941 sería una “fecha que viviría en la infamia”. Ese día se produjo el ataque japonés a la base aeronaval de Pearl Harbor donde se encontraba atracada una gran parte de la flota norteamericana en el Pacífico. La base se encontraba en el archipiélago de Hawai, más concretamente en la isla Oahu.

El 6 de Septiembre de 1941 el emperador japonés convocó a las autoridades de su país para analizar la situación de las sanciones impuestas por Norteamérica a Japón. El príncipe Konoye planteó entrar en guerra con los Estados Unidos para salvar la economía nacional, de esta forma el capitán Genda comenzó a formar las tropas que realizarían el ataque. Sería el comienzo de un ataque brutal que golpeó duramente al corazón americano.

Todo comenzó un 26 de Noviembre de 1941 cuando de diferentes puertos japoneses zarparon 6 portaaviones con 400 cazas de combate –los denominados “Zeros”-, dos acorazados, tres cruceros, ocho petroleros y tres submarinos, en una avanzadilla previa se lanzaron 25 submarinos cinco de los cuales transportaban submarinos en miniatura de ataque rápido.

Todo parecía un plan muy bien orquestado pero aún no se sabía con qué propósito u objetivo. Los japoneses tenían como premisa la del silencio total y absoluto así que el secreto de la misión que iban a realizar estaba salvaguardado, debido a esta acción, el imperio japonés entraría irremediable y premeditadamente en la IIª Guerra Mundial.

Facilidades de acceso

Los japoneses mimaron al máximo la discreción del plan, hubo silencio por radio, política de oscuridad, se usó combustibles de baja combustión y se prohibió arrojar los desperdicios por la borda, incluso se organizó una acción de distracción radiofónica para hacer creer a los espías de otras naciones que la flota japonesa estaba donde siempre…

El 1 de Diciembre de 1941 se emitió desde Tokio un escueta pero significativo mensaje: “Escalar el monte Niitaka”, este mensaje en clave no significaba más que el Consejo del Impero había decidido entrar en guerra, sólo era conocido por el comandante de la flota, el vicealmirante Chuidri Negumo. Todo estaba planeado, incluso si algo fallaba, en ese caso y si eran descubiertos antes del día 6 de Diciembre debían regresar sin ejecutar el ataque ,si por el contrario eran descubiertos el día 7 debía decidirlo el comandante de la flota.

En la base de Pearl Harbor todo era tranquilidad, los militares se retiraban resacosos tras los bailes y copas del Sábado noche en Honolulú y nadie parecía prestar demasiada atención a la vigilancia de la base, todos creían que de comenzar un ataque Japón siempre lo haría por las Filipinas…

24 submarinos japoneses se habían apostado ya entorno a su objetivo con la misión de torpedear todo barco que entrara o saliera de la base, debían de causar el mayor número de daños a la armada americana mientras esta recibía el ataque aéreo en dos oleadas de los 350 cazas que tomarían parte en ella.

Todo había sido cuidado al detalle para el éxito de la misión, incluso se habían dotado a los torpedos de un sistema de aletas de navegación para alcanzar con más garantía su objetivo. Los mini submarinos, armados con tan sólo dos torpedos, tenían como misión el alcanzar a los buques con su único armamento sin fallar, el acierto debía de ser pleno.

A las 6 de la mañana, la flota japonesa, se encontraba a 250 millas de Oahu y se disponía a llevar a cabo el ataque a la base americana. A las 6:00 h. salió una primera oleada formada por 175 aviones y la segunda oleada a las 7:00 h. Los reconocimientos se distribuyeron entre los 80 aviones restantes con misiones de reserva y defensa de la flota pero que estaban preparados para realizar un tercer ataque si el comandante lo creía oportuno. Con rumbo norte los pilotos japoneses se alejaron para atacar a una somnolienta Pearl Harbor.

En la base americana se procedía al izado de bandera mientras sonaba el “The Star Spangled Banner” de todos los Domingos, en ese momento se desencadenó el infierno, un “zero” nipón se lanzó a por el “Nevada” destrozando su cubierta… había comenzado el ataque a Pearl Harbor, eran las 7:55 h. del 7 de Diciembre de 1941.

La aviación japonesa y el “factor sorpresa” no dieron alternativa a los americanos que observaban impotentes y aterrados como los japoneses barrían una y otra vez la flota amarrada en puerto y a todos sus efectivos aéreos. El resultado fue desastroso: 200 aviones americanos destruidos en tierra, un convoy de B-17 en misión de rutina fue atacados por los “zeros” y aterrizó donde pudo y le dejaron.

Cinco torpedos impactaron en el “Oklahoma” que quedó panza arriba, el “Arizona” estalló por el impacto de un torpedo y se hundió con 1100 marineros vivos a bordo. El “West Virginia” fue alcanzado por seis torpedos y se hundió, el “California” fue alcanzado por dos torpedos, el “Nevada” ardiendo, con un torpedo en el costado y dos bombas lanzadas desde dos cazas que hicieron blanco, encalló.

Desastre

El “Tennessee”, el “Pennsylnia” y el “Maryland” resultaron gravemente averiados. El “Utah” resultó alcanzado por un torpedo y zozobró al igual que el crucero “Helena”. El destructor “Shaw” estalló en dique seco y tres buques más resultaron averiados. Los destructores “Cassin” y “Downes” fueron destruidos en dique seco, el crucero “Raleigh” sobrevivió a flote a duras penas, el “Honolulú” resultó averiado.

La ciudad de Honolulú, a trece kilómetros de la base, sólo sufrió daños leves: una bomba japonesa “extraviada” y 40 proyectiles americanos disparado desde los destructores contra los cazas japoneses. El número total de víctimas fue de 78 civiles y 2335 soldados americanos.

A mediados del mes de Noviembre de 1941 los agente americanos en Japón informaron que los principales buque de la Marina Imperial de Japón habían zarpado de puerto sin saber su destino, sólo se sabía que habían formado un poderoso contingente en la bahía de Tankan al norte de Japón y que algo se estaba fraguando. No se hizo nada por reforzar la seguridad en las bases americanas en el Pacífico.

El 5 de Diciembre el FBI en Pearl Harbor captó una llamada entre Tokio y Hawai en la que se le preguntaba a un dentista de Honolulú por los aviones y barcos en la isla y las por las defensas antiaéreas, la despedida entre ambos contertulios fue sintomática: “El hibisco y la flor de Pascua están ahora en floración”. No se le concedió importancia pese a que Washington esperaba una declaración de guerra de Japón, curiosamente la declaración de guerra se realizó tras el ataque con lo que el honor japonés quedó muy maltrecho fue criticada duramente la bajeza moral de la acción.

Washington estaba bien informada de los planes del imperio del sol naciente ya que durante los últimos meses los servicios de inteligencia americanos habían logrado descifrar los códigos de comunicaciones a su embajada en la capital americana y gracias a ello se interceptó una declaración cuya parte final era exactamente una declaración de guerra.

En Pearl Harbor el dragaminas “Cóndor” divisó el periscopio de un submarino proa a la base aeronaval, eran las 3:30 h. Acudió el destructor “Ward” que dio la alarma pero no se volvió a divisar al intruso. A las 5:00 h. el dragaminas dejó el servicio y entró en puerto sin cerrar la red antisubmarinos para permitir la entrada de otros barcos a puerto.

Ni el “Cóndor” ni el “Ward” informaron del encuentro con el submarino, siendo aún más negligente el segundo que llegó a disparar a las 6:45 h. contra otro submarino llegando a lanzar una carga de profundidad, posteriormente divisó nuevamente a otro submarino y procedió la acción pero sin llegar a solicitar refuerzos o poner en estado de alarma general a la base.

El capitán del “Ward” llegó a puerto y presentó un informe de lo ocurrido, eran las 7:15 h. cuando llegó al único hombre de servicio en el cuartel general, el proceso se alargó en exceso debido a la decodificación militar. Tras leer lo ocurrido el capitán de corbeta Harold Kaminsky trataría durante 20 interminables minutos de localizar a los altos mandos de la base pero nadie sabía dónde se encontraban…

A las 7:05 h. la estación de radar de Opana, al norte de Oahu, detectó la primera oleada a 100 millas de distancia, informando rápidamente al centro de control que estaba con sólo dos hombres de guardia –un oficial y un transmisor- ya que era la hora del desayuno…, ignorados decidieron ir ellos también a por el desayuno y la primera oleada llegó a Pearl Harbor.
Durante la tragedia se transmitió un mensaje a Washington que decía: “Ataque aéreo a Peal Harbor, no es un entrenamiento”.

A las 15:00 h. se entregó en Washington un cable dirigido al general Walter C. Short, comandante de las fuerzas del aire y tierra de los Estados Unidos en Hawai, el mensaje decía que los japoneses pensaban atacar a las 7:30 h. de la mañana la base de Pearl Harbor en el Pacífico. “No sabemos qué significado puede tener esa hora pero estén alerta”, el mensaje se entregó demasiado tarde al general Short.

El ataque

En un ataque de más de dos horas a las instalaciones americanas los japoneses tan sólo contabilizaron 94 hombres caídos, 30 aviones derribados, 5 mini submarinos hundidos y un submarino perdido.
Hubo un gran error de presunción sobre el ataque en caso de guerra con Japón, todo el alto mando americano creía que de llevarse alguna vez a cabo se haría por Filipinas sin tener en cuenta la gran importancia estratégica de las instalaciones de Pearl Harbor.

Tampoco se consideró o tuvo en cuenta un posible ataque por sorpresa y se desoyó a los servicios de espionaje que una y otra vez enviaban informes sobre el desmedido interés japonés del ataque británico al puerto de Tarento en Italia. Se desoyó también la recomendación realizada por Franz Knox -ministro de Marina- en la que se informaba que podría haber un ataque por la base naval de Pearl Harbor. El coronel Farthing también informó sobre ese mismo aspecto a las altas autoridades americanas y nuevamente fue desoído…

El coronel Farthing jugó a ser profeta cuando afirmó en uno de sus informes que el ataque se llevaría a cabo contra Pearl Harbor, a cargo de un gran contingente naval con al menos seis portaaviones y al despuntar el alba a la vez que ofrecía algunos consejos para prevenir este riesgo y organizar un rápido contraataque.

Pero los americanos también tenían sus carencias: sólo disponían de 180 fortalezas volantes (B-17) y en el archipiélago de Hawai sólo tenían 12 en las fechas del ataque, sus fuerzas armadas tampoco estaban lo suficientemente bien preparadas como para afrontar de improvisto un súbito ataque e incluso existe una corriente de opinión que piensa que el alto mando americano conocía el ataque a su base aero-naval y que pese a ello prefirió que se ejecutara el ataque para así forzar la entrada de los Estados Unidos en el conflicto bélico.

A favor de esta opción está el hecho que el 27 de Noviembre la flota del Pacífico en la isla recibe la orden de poner en alta mar a todos sus portaaviones. El primer grupo salió hacía la isla de Wake para entregar una partida de nuevo cazas de combate.

El 5 salió el segundo contingente para cumplir unas tareas de rutinas y la base se quedó sin sus objetos más codiciados: los portaaviones. El día del ataque no se encontraba en la base ni el portaaviones “Saratoga”, ni el “Lexington”, ni el “Enterprise”…

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