CEUTA, 31.5.2019 (EUROPA PRESS) –
El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ha recibido ayer jueves a las delegadas del Gobierno en Ceuta y Melilla, Salvadora Mateos y Sabrina Moh, para “analizar los avances en los trabajos de refuerzo y modernización del sistema de protección fronteriza terrestre de las dos ciudades autónomas”.
Este miércoles pasado ha entrado en funcionamiento el nuevo circuito cerrado de televisión (CCTV) del doble vallado que separa Ceuta de Marruecos, en cuyos 8,2 kilómetros de longitud se han sustituido 41 cámaras domo y once fijas por otras tantas nuevas “con mayores prestaciones”. Además, se han colocado catorce nuevas cámaras térmicas y se ha instalado una plataforma de control del sistema “más moderna”.
Según ha informado la Delegación del Gobierno en Ceuta en un comunicado de prensa, “próximamente” empezará a operar en los pasos fronterizos de las dos ciudades “un sistema de reconocimiento facial que permitirá incrementar la seguridad y agilizar los trámites de control de fronteras”.
“En los próximos meses” se va a acometer la “adecuación” de las zonas de tránsito de peatones del paso del Tarajal. Las obras incluirán “rehabilitaciones y reordenaciones de estructuras existentes, así como nuevas instalaciones que dotarán de mayor fluidez y comodidad al tránsito de personas, además de mejorar las condiciones de seguridad”.
Con todas estas actuaciones se dará cumplimiento a “la primera fase” del plan aprobado por el Consejo de Ministros el 18 de enero para el refuerzo y modernización del sistema de protección fronteriza terrestre en las ciudades autónomas con un presupuesto de 32,7 millones susceptible de ser cofinanciado hasta el 75 por ciento a través del Fondo de Seguridad Interior o del Fondo de Asilo, Migración e Integración de la UE.
Dicho documento incluye la colocación de una nueva red de fibra óptica y la ampliación del sistema CCTV del perímetro de Melilla. La última fase de este proyecto culminará con “la sustitución de las concertinas por otros medios no cruentos que garanticen mejor la seguridad”. Todas estas actuaciones se llevarán a cabo “en colaboración con las autoridades de Marruecos”.
Según la Delegación, la necesidad viene derivada de que “las infraestructuras fronterizas de Ceuta y Melilla, junto con los sistemas de seguridad incorporados a las mismas, presentan en la actualidad un importante grado de obsolescencia y deterioro”. Estas infraestructuras fueron construidas en 1988 y su última gran reforma se remonta a un plan de 2005. Después sólo se han realizado “obras y reformas puntuales”.
El Gobierno considera que “algunos elementos como la concertina no están siendo hoy en día un obstáculo de relevancia para impedir las entradas irregulares y, sin embargo, suponen un alto riesgo para la integridad física de las personas”.I
