SEVILLA 16.2.2020 / Jose Manuel García Bautista
¿Cree que puede haber personas con facultades inexplicables que pueden provocar la sanación de otra persona? ¿Cree que puede haber seres dotados con la capacidad de predecir el futuro o influenciar sobre el clima de una región determinada?
Hay muchas tribus en el mundo que tiene en la figura del chamán a ese protector, de carne y hueso, que reúne todas esas cualidades y más. Un complejo mundo en el que se mezcla tradición, religiosidad, superchería, fe, miedo, y que puede llegar a ser, en algunos casos, sorprendente.
El chamán de una tribu puede expulsar el mal, atraer a la ansiada lluvia, curar a enfermos, ver el futuro y ahuyentar los malos presagios, puede tener visiones e interpretar los sueños, estar en contacto con los seres fallecidos y con otros mundos, tener la conexión con la Naturaleza, con los animales, ser parte de la misma, es un nexo de unión entre el mundo físico, el de los seres humanos y el espiritual.
Fue en el año 1194 cuando surge, por primera vez, el concepto chamán, que deriva de las lenguas tungú de Siberia y Asia central. Chamán en estas lenguas significa ‘guía espiritual’ ‘ o ‘sanador’, aquel que tiene el poder de curar, aquel que ha sido elegido por la divinidad.
Procede de la ‘mujer maga’ en la cultura de los antepasados de los manchú no estableciéndose lazos con ninguna corriente religiosa aunque en todo el concepto ritualista de los chamanes existan un fondo religioso o de espiritualidad.
Fue con los exploradores cuando aquellos chamanes y su poder fueron puestos en conocimiento, de su existencia, en la ‘sociedad civilizada’ y de cómo estos mediadores entre el mundo material y espiritual realizaban impresionantes proezas.
Los chamanes además parecían poseer otras dotes como tener técnicas especiales para sanar y estar en contacto con los seres invisibles, hasta cierto punto podrían ser una especie de ‘curanderos’ con prácticas muy similares.
Los chamanes se encuentran en todas las culturas, desde el corazón perdido de África hasta Asia, desde Siberia a la Indica, desde el cono Sur hasta Alaska, además los ritos son muy similares en todas estas regiones, como si tuvieran una raíz común o si de la misma partiera un mismo concepto chamánico, como una ‘madre’ común en el sentido de los prodigios que pueden llegar a originar, tal vez por ser un concepto universal y partir de la misma base: la Naturaleza.
Los chamanes además pueden sanar el alma –o eso dicen- y entre sus curaciones destacan los relatos de aquellos que han sido regresados de la muerte y que cuentan experiencias muy similares a las de aquellos que tienen una ECM, una experiencia cercana a la muerte.
No se sabría definir bien desde cuando se sabe de su presencia en las diferentes culturas, puede que desde los inicios de nuestra Humanidad, además su conocimiento se va pasando de persona a persona a través de la tradición oral, así como conceptos de medicina, de sabiduría en cuanto a la Naturaleza (plantas medicinales) y su aplicación sobre el ser humano.
En las zonas más civilizadas también hay chamanes, como en Europa, donde viven más en secreto –al menos esta actividad- pues no quieren que se sepa su secreto ya que consideran que “esta sociedad aún no está preparada para entender todos sus dones”.
Sobre los chamanes se ha pronunciado la Ciencia a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde la que se afirma que las cualidades curativas que presentan los chamanes son efectivas, en algunos casos, y sería el equivalente a la medicina convencional así como el conocimiento chamánico.
En Estados Unidos no es infrecuente ver como médicos –de estudios- y chamanes comparten trabajo, allá donde cada uno puede aportar algo en pro de la curación de enfermos, la medicina tradicional se esfuerza por comprender a los rituales chamánicos y otras tradiciones mágicas que ha originado curaciones que no tienen ningún tipo de explicación. Los chamanes entienden la Naturaleza como algo vivo y a las enfermedades como a un invasor del cuerpo.
Curiosamente los chamanes tienen sus propios métodos para diagnosticar enfermedades, saber de qué tipo son y qué es lo idóneo a emplear para tratarlas o combatirlas.
El chamán entra en un estado voluntario de trance donde entran en contacto con antepasados espirituales, con las fuerzas de la Naturaleza, con lo elementos, y tener el apoyo de “lo invisible” para poder restablecer el equilibrio en el paciente, en el enfermo.
Los chamanes poder ser mujeres u hombres, no dudan en tomar plantas que inducen ese estado de trance o alucinaciones durante las cuales entran en contacto con todo lo anterior, en ese momento el cuerpo del chamán entra en un estado de “posesión” en el que se dicen mensajes, se es consciente de la situación y se puede dirigir la misma así como las fuerzas ‘sobrenaturales’ que ejercen su influencia sobre el mismo, esas fuerzas son traducidas en energías que ayudarán en la labor sanadora.
Los chamanes son mediadores entre lo espiritual y lo material, son los espíritus los que –en opinión de los chamanes- ayudan a curar, los que hacen posible el conocimiento y capacitan a la persona a estar en contacto con realidades imposibles tales como el mundo de los muertos e, incluso, poder hablar con ellos.
Es una especie de viaje espiritual donde se busca la balanza, el equilibrio en la persona, en su naturaleza, con sus espíritus y la materia.
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