Redacción 4.4.2019.- Esta claro que el Santander en coherencia con las líneas maestras establecidas respecto a la inversion dirigida a la digitalización de la entida, ascendente a 20.000 millones de euros de inversión, y que supondrá un ahorro anual de 1.200 millones en gastos operativos, la entidad procedera, para conseguir este ahorro, a la realización de una reducción de plantilla via ERE y el cierre de oficinas que se concretará en las próximas semanas.
Precisamente la presentación de la hoja de ruta ante analistas e inversores, y la junta de accionistas del Santander que se celebra a finales de la semana que viene, ha frenado la activación de un nuevo ERE. También las dificultades para la integración tecnológica de las oficinas del Banco Popular. Pero el banco iniciará contactos con los sindicatos después de Semana Santa, cuando ya habrán cumplido los compromisos con analistas y accionistas.
Las fuentes sindicales consultadas hablan de unos 3.000 empleados, cifra que ya había transcendido, y todos de oficinas. Se trata de la segunda parte del recorte tras la compra de Banco Popular por un euro. La primera fue de servicios centrales y supuso la salida de 1.100 trabajadores.
Está previsto que esta segunda parte sea más profunda y alcance las 3.000 personas, al menos como cifra de partida por parte del Santander. La intención del banco es eliminar duplicidades en cuanto a presencia territorial de oficinas. Es decir, cerrar una sucursal en lugares donde, por la compra del Popular, haya dos muy cercanas.
Se calcula que la reducción se situará entre las 1.000 y las 1.200 oficinas, aproximadamente una cuarta parte de la red del Santander en España. El cierre de oficinas lleva asociada la salida de empleados. Los 3.000 afectados previstos por el ERE son prácticamente el 10% de la plantilla del Santander en España.
Pese a que todavía no se han iniciado las negociaciones, los sindicatos esperan que el Santander mantenga las mismas condiciones que le permitieron cerrar con acuerdo, y sin conflicto, el último recorte. Es decir, que incluya prejubilaciones a partir de los 55 años y generosos planes para los menores de esa edad que les haga atractivo salir del mercado laboral. La entidad compensó con el 80% del sueldo y aportaciones al plan de pensiones a todos los mayores de 50 años con más de 15 años de antigüedad en el banco.
La previsión del Santander es que el ERE se empiece a negociar después de Semana Santa para que pueda culminar en junio, cuando se calcula que estará por fin lista la migración tecnológica del sistema del Santander a las oficinas del Popular. Casi dos años después de la compra de dicho banco, los clientes del Santander siguen sin poder operar en las oficinas del Popular y viceversa.