La biometría va camino de hacerse un hueco en nuestra vida cotidiana. El último ejemplo de implantación de esta tecnología se está llevando a cabo poco a poco en los aeropuertos de todo el mundo
Redacción: 27/12/2021
Se trata del más avanzado sistema de identificación que se conoce hasta la fecha, y el que será el encargado de marcar el fin de las tarjetas de embarque que usamos en estos momentos.
El futuro está sucediendo. Para poder subir a un avión sólo será necesario un escaneado del rostro del pasajero, que a su vez tendrá asociado todos los datos personales que servirán para realizar las acciones más habituales en las redes aeroportuarias, como pueden ser la facturación, el acceso a los controles de seguridad y el proceso de embarque. Cada persona tiene unos rasgos faciales únicos, por lo que no hay lugar a la suplantación de identidad.
El reconocimiento facial ha supuesto un cambio de paradigma en multitud de parcelas que conforman nuestros quehaceres cotidianos. Fue con la llegada de la pandemia de la Covid-19 cuando la biometría cobró fuerza a la hora de funcionar como un sistema sólido de autenticación, ya que además de ser efectivo facilita la eliminación del contacto físico entre personas. Ahora bien, se trata de una tecnología que más allá de ser circunstancial ha conseguido instaurar su potencial en entornos online tan populares como las plataformas de entretenimiento o las entidades bancarias. De este modo, no resulta extraño encontrar un casino para movil que incorpore a su sistema de acceso el protocolo de reconocimiento facial, ya que este supone una medida de seguridad que evita que los menores de edad accedan al juego en internet. De hecho, se trata de un mecanismo que viene usándose desde hace años en los dispositivos móviles de la marca Apple para que estos sólo puedan usarse por sus propietarios. También los bancos están implementando este recurso a sus servicios más elementales, permitiendo así a sus clientes realizar transferencias de dinero con sólo mostrar la cara frente a una cámara especializada.
El sector de la biometría extiende así sus beneficios hasta los aeropuertos, con la garantía de poner en funcionamiento una herramienta que ya acumula un recorrido previo exitoso. En concreto, el reconocimiento facial en un escenario como este está consiguiendo agilizar el tránsito de pasajeros en las terminales, dado que la identificación de usuarios se hace con mucha más rapidez. La persona que intente acceder a un avión tan sólo deberá exponer su rostro ante un escáner que lo reconozca y que de manera automática arrojará los datos personales asociados a esa imagen facial. De esta manera, no será necesario el uso de ningún documento físico ni dispositivo electrónico.
La ciencia ha demostrado que la eficacia de esta tecnología alcanza el 99,5%, una cifra de precisión que supera a la que manejan otros métodos de autenticación, como por ejemplo el basado en el cotejo de huellas dactilares. Tal es el nivel de garantías que ofrece, que algunos aeropuertos ya disponen de este monitoreo para llevar un control fronterizo más detallado. No en vano, desde el año 2018, la red aeroportuaria de Estados Unidos cuenta con una quincena de terminales que emplean el reconocimiento facial. Entre ellas, las de Atlanta o Nueva York. Lo mismo ocurre en Europa; en países como España ya funciona en Barcelona, Fuerteventura o Menorca.
Atendiendo a los números que arroja el informe realizado por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, más del setenta por ciento de los usuarios se muestra conforme a la hora de ofrecer su perfil biométrico si ello supone modernizar el devenir de los aeropuertos.
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