SEVILLA 18.7.2020 / Jose Manuel García Bautista
Hay una curiosa leyenda en Córdoba que nos habla de una devoción muy especial. Tendríamos que ir al convento de Santo Domingo de Escala Coeli. Un convento que fundó Álvaro de Córdoba en el año 1423, reconocido como predicador, teólogo y confesor de la reina Catalina de Lancaster y Juan II de Castilla.
Viajó a Jerusalén, a Tierra Santa y al regresar a España introdujo el culto al Vía Crucis. El papa Martín V lo nombró superior de los conventos reformados de España de la Orden de los Predicadores.
El tiempo transcurrió y el convento fue creciendo, se derribó en el 1865 para ser erigido de nuevo por la Hermandad del Santísimo Cristo de San Álvaro, era especialmente destacada la romería de Santo Domingo que en el mes de abril se realizaba.
Tradicional romería
Pero esta tradicional romería data del siglo XV cuando Álvaro de Córdoba se encontraba fuera de la ciudad realizando su labor evangelizadora y se encontró a un mendigo enfermo. Aquel mendigo le alargó la mano a su paso y nuestro protagonista se arrodilló junto a él para comprobar cómo se encontraba aquella maltrecha persona.
Con pavor descubrió que agonizaba casi y decidió llevarlo en brazos al convento donde se le procurarían todo tipo de cuidados a la vez que se rezaría a Dios por la curación del enfermo. Comenzó a caminar hacia allá y gritando a sus hermanos para que lo auxiliaran, los frailes se asomaron y todos pusieron una cara de extrañeza.
Nuestro protagonista gritó que le ayudaran con aquel mendigo que llegaba a hombros, entonces, miró a la persona que portaba dándose cuenta que ya no era el mendigo sino una talla de Jesucristo crucificado.
Desde aquel día se venera especialmente en el convento a este Cristo que, milagrosamente, portó san Álvaro creyendo que era un mendigo enfermo.
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