SEVILLA 29.3.2021 / Jose Manuel García Bautista
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La herramienta que puede evitar los contagios en espacios cerrados
Una de las características del coronavirus es su facilidad de propagación en los espacios cerrados. Debido a los aerosoles que expulsamos al respirar o las gotículas que despedimos al hablar, los expertos insisten continuamente en que es fundamental una buena ventilación de las estancias.
En esa línea se manifestó José Luis Jiménez, doctor en Ingeniería por el MIT y catedrático de Química y Ciencias Medioambientales por la Universidad de Colorado, que apostó por los medidores de CO2 para evitar la propagación del patógeno.
Medidores de infrarrojos
“La distancia social funciona porque al separarte respiras menos aire compartido con la otra persona, por eso los espacios cerrados son más peligrosos, el aire se comparte más”, indicó el especialista durante una charla organizada por Quimeltia.
Para frenar la expansión de la enfermedad, Jiménez optó por el llamado ‘Modelo de queso suizo’, basado en que un mayor número de capas aumentan la seguridad. Asimismo, recalcó que “los medidores de CO2 de infrarrojos son lo que más sirve”.
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Para explicarlo, puso el siguiente ejemplo: “Al aire libre hay 400 partes por millón de CO2 y cuando nos encontramos en sitios cerrados como un coche, en unos 30 minutos hay 4000 partes por millón de CO2, es decir, el 10% de aire que respiras lo estás respirando por segunda vez. Abriendo las ventanillas se puede bajar hasta el 1%”.
Impuesto en Taiwan o Corea del Sur
Por este motivo, se mostró rotundo: “En todos los sitios públicos se debería medir el CO2 por ley”. Este dispositivo indica la cantidad de dióxido de carbono que hay en el ambiente, de tal modo que las personas que están en ese espacio cerrado respiran el mismo aire y tienen más posibilidades de contagio.
Utilizar un medidor de CO2 es una medida impuesta en países como Taiwan o Corea del Sur. Según recalcó Jiménez, aporta un valor añadido: “Los pueden visualizar todos los clientes y les das la seguridad de que hay poco aire respirado por segunda vez, poco CO2 en el ambiente”.
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