SEVILLA 7.3.21 / Jose Manuel García Bautista
NOTICIA PATROCINADA POR:
El hombre lobo es un ser mitológico engendrado en el calor de las leyendas y la propia realidad. Su existencia se ha ido transmitiendo de generación en generación convirtiéndose en objeto de miedo por el propio ser humano.
El origen del mito es oscuro y presente en muchas culturas. Hoy nos sumergimos en la historia para encontrar el origen del mito y el límite con lo real.
En algunos países y culturas son otros animales los que desempeñan el papel del hombre lobo. En África se cree en los llamados hombres hiena, en la India tenemos que hablar de los hombres tigre pero es en Europa donde nace el mito del hombre lobo y ha provocado, sin duda, una mayor agitación en la historia.
Según la tradición, los hombres lobo son víctimas de una maldición, de hechicería que les hace sufrir enormemente a la hora de su transformación en criaturas sin consciencia humana. Se vuelven peligrosos y matan por un hambre atroz.
Pero, ¿dónde surge el mito? Tenemos que remontarnos a la Roma antigua. Es con el poeta Ovidio donde encontramos un origen, una primera huella de este feroz maleficio. Según cuenta Ovidio, el primer hombre lobo lo podemos encontrar en la mitología griega.
Licaón, rey de Arcadia (Grecia), era un sabio y culto gobernante que sacó a su pueblo de las condiciones salvajes en las que vivían. Aún así, Licaón continuó siendo un salvaje pues, a pesar de todo, siguió otorgando ofrendas de vidas humanas en honor a Zeus. El mito continúa cuando Zeus, el dios padre del Olimpo, quiere comprobar los rumores y se disfraza de vagabundo para visitar al sanguinario rey Licaón.
El rey de Arcadia se enteró a tiempo de la visita secreta de Zeus y no le mató; es más, le invita a un suntuoso banquete. Licaón sin embargo no pudo resistirse a sus instintos más crueles y viles y le juega una horrible broma (vamos a llamarlo así) a Zeus: ¡ordena que le sirvan la carne de un niño (supuestamente la de su propio hijo)! El rey del Olimpo, Zeus, por supuesto, se da cuenta y encolerizado condena a Licaón a convertirse lobo y a todos sus descendientes a sufrir igual castigo: ser hombres lobo.
NOTICIAS RECOMENDADAS
Consumo insta a consultar la política de devoluciones antes de comprar
Alimentos que limpian el organismo
Son múltiples los ejemplos que nos da la historia de cómo aparece forjándose el mito de los hombres lobo. Uno de los considerados como primeros cronistas de la historia de la humanidad, el griego Herodoto, también menciona a la tribu Neuri –un pueblo ubicado al noroeste de Escitia (nombre con el que se conocía a varios pueblos de origen iranio)- que también durante algunos días al año se transformaban en lobos. Incluso también aparecen en las églogas antiguas, en la novela de Petronio el Satyricon (cerca del año 60 DC) en el que uno de los personajes recita una historia de un hombre que se convierte en lobo.
A partir de estos datos, los hombres lobo parecen multiplicarse cuando llega la Edad Media. Los cuentos de hombres que se transforman en estos animales son muy comunes. Pero no sólo son cuentos sino que se inicia en algunos países europeos: España, Inglaterra, Francia y Alemania, entre otros, una verdadera caza del hombre lobo.
Durante los siglos XV y XVI, la idea del hombre lobo sembró una verdadera psicosis entre el campesinado y los juzgados. Numerosos individuos fueron acusados de licantropía y fueron condenados por haber cometido brutales asesinatos de carácter canibalesco.
El enorme ser desprendía un nauseabundo olor a azufre
En particular Francia, viajamos al año 1521, año en el que dos campesinos Burgo y Vicente son juzgados bajo esta acusación: ser hombres lobo, licántropos. En 1574 se enjuicia también a Gilles Garnier por el asesinato de varias personas entre las que se encontraban niños devorados por una criatura mitad humana, mitad lobo; él mismo confesó y reconoció haber usado un ungüento mágico que le permitía transformarse en lobo para atacar a sus víctimas.
El proceso de todos estos acusados era el mismo, eran declarados culpables y, al igual que brujas y hechiceros, eran condenados a morir pasto de las llamas de la hoguera.
TE ASESORAMOS
ESCÚCHANOS
