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El misterio de una medalla que brilló 104 años

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Pedro Pidal, primer campeón olímpico de España
Pedro Pidal, primer campeón olímpico de España

Pedro Pidal, en tiro con escopeta al pichón, logró en los Juegos de París de 1900 la primera medalla del deporte español, de la que fue desposeído por el Comité Olímpico Internacional en 2004

En el Mirador de Ordiales, a 1.750 metros de altura, en un balcón natural que descubre una de las estampas más espectaculares de los Picos de Europa, reposan los restos de Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós (Gijón, 1869-1941), adonde fueron trasladados a hombros por montañeros y amigos siguiendo sus últimos deseos, tal y como reza el epitafio de su tumba, junto a una gran cruz labrada sobre una imponente piedra: «Enamorado del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, en él desearíamos vivir, morir y reposar eternamente, pero, esto último, en Ordiales, en el reino encantado de los rebecos y las águilas, allí donde conocí la felicidad de los cielos y de la tierra, allí donde pasé horas de admiración, emoción, ensueño y transporte inolvidables, allí donde adoré a Dios en sus obras como Supremo Artífice, allí donde la Naturaleza se me apareció verdaderamente como un templo».

Este ‘sportman’ asturiano, diputado, senador vitalicio, viajero incansable, impulsor de los parques nacionales de Covadonga y Ordesa –los primeros reconocidos como espacios naturales del país, y amigo personal de Alfonso XIII, fue uno de los pioneros de la escalada deportiva y pasó a la historia del alpismo español por conquistar la cima del Naranjo de Bulnes el 5 de agosto de 1904, en compañía del pastor Gregorio Pérez ‘El Cainejo’, en una gesta que hoy en día aún recibe los elogios de los más destacados montañeros que desafían las cumbres del macizo cantábrico.

Pero Pedro Pidal también fue reconocido por convertirse en el primer ganador de una medalla olímpica para España. Fue en los Juegos de París de 1900, en la modalidad de tiro con escopeta al pichón. Una presea de plata, tras ser superado en la final por el australiano Mac Kintosh, de la que fue desposeído por el Comité Olímpico Internacional en 2004 tras la revisión que realizó de las pruebas disputadas en la capital francesa. Sin embargo, el Comité Olímpico Español sí mantiene la plata del tirador gijonés y suma su medalla al palmarés de nuestro país.

La gloria olímpica del Marqués de Villaviciosa, título nobiliario que le concedió la Reina María Cristina de Habsburgo como regalo de bodas, duró pues 104 años, según el COI, que en cambio sí concedió a España una inesperada medalla de oro en los Juegos parisinos. Fue en pelota, en la modalidad de cesta punta, a la pareja formada por José de Amézola, un alavés hijo del fundador de la empresa Hullera Vasco-Leonesa, y Francisco Villota, un reconocido miembro de la alta sociedad madrileña. Alcanzaron el triunfo sin poder disfrutarlo, ya que ni disputaron ningún partido, al retirarse la pareja francesa con la que debían competir por discrepancias con la organización, ni recibieron la medalla y ni siquiera vivían cuando el COI decidió cambiar la historia. Así, nuestro país suma 150 medallas en los Juegos de verano, según el Comité Olímpico Internacional, y 151, si atendemos a la lista del Comité Olímpico Español.

Exhibiciones

La decisión de retirarle la medalla a Pedro Pidal llegó tras la investigación realizada por el médico e historiador olímpico Bill Mallon sobre los Juegos de 1900 y cuyo trabajo fue presentado y validado por el COI. Este norteamericano, exgolfista profesional y fundador de la Sociedad de Historiadores Olímpicos, puso en entredicho una gran parte de las competiciones celebradas en París. Del total de las 163 que se disputaron solo reconoció a 82 como olímpicas y al resto las incluyó como parte del programa de las exhibiciones que se realizaron con motivo de la Exposición Universal de la capital francesa, pese a que contaron todas ellas con la aquiescencia del mismísimo impulsor de los Juegos Olímpicos modernos, el barón Pierre de Coubertain.

Los Juegos Olímpicos de París se prolongaron a lo largo de seis meses, entre el 14 de mayo y el 28 de octubre, y no tuvieron siquiera ceremonia inaugural ni de clausura. En realidad fueron una mezcla de competiciones y exhibiciones deportivas que formaron parte del programa de la Exposición Mundial en las que el rigor y los principios olímpicos quedaron muchas veces en entredicho, según la investigación realizada por Bill Mallon y recogida en su obra, ‘The 1900 Olimpic Games: Results for All Competitors in All Events, with Comentary’.

Este reconocido investigador del deporte aduce además que la competición de tiro con escopeta al pichón fue una exhibición en la que además se concedió un premio en metálico a los tres finalistas, hecho que resulta incompatible con los valores olímpicos del amateurismo.

De hecho, Pedro Pidal, que en realidad había viajado a París para visitar la Exposición Universal como representante de la empresa Fábrica de Mieres, de la que era vicepresidente, y no a competir en unos Juegos Olímpicos, no recibió ninguna medalla ya que esta estaba reservada solo para el ganador de la prueba, y recibió como trofeo una pipa, lo que al parecer no le agradó en demasía ya que no fumaba, aunque abandonó la capital francesa con el título honorífico de ‘Mejor tirador del país’, lo que sí le llenaba de orgullo dada su afición a la caza.

¿150 o 151?

En los últimos Juegos Olímpicos, celebrados en Río de Janeiro en 2016, el 21 de agosto los deportistas españoles consiguieron subirse hasta en tres ocasiones al podio. Dos por equipos, en gimnasia rítmica (plata) y baloncesto masculino (bronce) y otra gracias a Carlos Coloma, bronce en bicicleta de montaña. Fueron las últimas medallas para España, que cierran un palmarés con 150 metales en los Juegos de verano, o con 151, si se escoge la estadística del Comité Olímpico Español. El misterio y las dudas envuelven pues la historia de la primera medalla olímpica del deporte nacional, que eso sí, vino de París.

Fuente: ABC

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