MISTERIO

El misterio de los viajes astrales

Sharing is caring!

SEVILLA 7.1.2020 / Jose Manuel García Bautista

Son llamados fenómenos de EFC o Experiencia Fuera del Cuerpo y son descritos como viajes realizados por personas fuera del cuerpo físico a otros lugares bien sean de nuestro mundo o partes que desconocemos -otros mundos u otras dimensiones-.

Estas experiencias serían realizadas a voluntad o involuntariamente y son difíciles de catalogar hasta el punto que la Ciencia las niega argumentando que se trata de creaciones de la mente durante el estado REM (del sueño) o víctima de lo onírico.

Sea como fuere los testigos hablan de lugares a los que no han viajado y cuyas descripciones encajan perfectamente con lo real. ¿Cómo es posible?

Así podemos encontrar una serie de evidencias que deberían bastar para convencer a la persona de que es posible viajar proyectando la mente, a otros lugares, distantes o cercanos, sin que tenga que mediar un desplazamiento físico.

Fue Ingo Swann, psícologo fallecido en 2013, quien más demostró esta extraña capacidad del ser humano. En el año 1972 el doctor Kerlis Osis y la psicóloga Janet Mitchell realizaron un serie de experiencias al amparo de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia.

Una de esas pruebas consistía en proyectar su mente y observar la disposición de una serie de objetos colocados en otra habitación.

El psíquico mostraba dificultades en realizar correctamente el experimento debido a una superposición de sombras que decía ver y que se correspondía a la visión que tendría en un plano elevado, como si estuviera volando.

Pero Ingo Swann podía describir perfectamente detalles de la estantería donde estaban ubicados los objetos acertando el 100% de las veces.

Tanto fue así que la doctora Gertrude Schemeidler realizó otros ensayos con Ingo en el New York College (Estados Unidos) donde pidió al psíquico que tuviera incidencia sobre un termo de resistencia albergado en el interior de un recipiente sellado. Ingo Swann lo logró demostrando que la mente podía con la materia.

Robert Monroe era un empresario estadounidense que comenzó a interesarse en el aprendizaje acelerado, todo ello, el forzar a su cerebro, lo llevó a tener experiencias inauditas en las que el viaje astral estaba muy presente. Sus experiencias captaron la atención de los médicos y científicos que sometieron a Robert Monroe a una batería de pruebas para tratar de hallar las respuestas a sus increíbles capacidades.

En el Centro Médico de la Universidad de Kansas fue atendido y sometido a estudio por el doctor Flower Jones y el psiquiatra Stuart W. Twemlow, del Servicio de Estudios del Hospital de Veteranos de Topeka.

En los estudios se conectó a Robert Monroe a un polígrafo que medía sus constantes vitales y ondas cerebrales así como los niveles de ansiedad. Aquellas experiencias sorprendieron a los investigadores que escribieron:

“Desde un punto de vista técnico, mientras estuvo fuera del cuerpo, el nivel de GSR de Monroe mostró un incremento de aproximadamente 150 microvoltios y se caracterizó por una total ausencia de respuestas de todo tipo una vez iniciado el experimento, incluso cuando el técnico le tocó el cuerpo para ajustar la colocación de los electrodos.

Esto es de lo más insólito, que el GSR (niveles de ansiedad y alerta) es muy sensible a tales interferencias. El técnico también notó que Monroe tenía la piel muy seca y caliente… Un análisis posterior de su electroencefalograma mostró que no había diferencia apreciable de las ondas cerebrales”. El experimento fue un éxito y se llegó a afirmar que “era como si estuviera fuera del cuerpo”.

El psicólogo Charles Tart realizó otra batería de experimentos en el Laboratorio de Encefalografía del Hospital de la Universidad de Virginia, allí Robert Monroe describió incluso a las personas que estaban en otras dependencias, como una doctora, curiosamente aquella investigadora no era parte del equipo, estaba prohibido que estuviera en esa zona y, sin embargo, fue capaz de describirla sin saber el equipo que estaba allí, eso dejó sorprendidos a los experimentadores que incluso, perplejos, contemplaron como la ropa que llevaba era la descrita por Monroe.

Estas técnicas de viaje astral también fueron estudiadas por la CIA por el indudable valor táctico y estratégico que tenía. En 1973 el físico Harold Puthoff y el psicólogo Charles Tart estudiaron a Ingo Swann en el Instituto de Investigaciones de Stanford, el célebre SRI.

Los servicios secretos estadounidenses como la CIA y el Departamento de Defensa mostraron un gran interés hacia todo ello y se les encargó la realización de un manual de “visión remota” para llevar a cabo experiencias con más “voluntarios” y ver qué tipo de aplicación tendría en un eventual campo de espionaje la utilización de psíquicos.

Así nació el término “espía astral” en el que Ingo Swann podía viajar mentalmente a los lugares que se le indicaba o las coordenadas que se le pedía describiendo lo que veía. Sus descripciones fueron muy precisas.

Así fue como las experiencias de viaje astral, independientemente de la creencias en ellas o no, fueron estudiadas por la Ciencia y cómo, en algunos casos, los resultados fueron sorprendentes.

TAMBIÉN PUEDE INTERESARTE: Poltergeist

Related posts

Fantasmas: realidad de otro mundo

Jose Manuel Garcia Bautista

Contaminación radiactiva en las aguas del Báltico

Jose Manuel Garcia Bautista

La misteriosa historia del Baychimo

Jose Manuel Garcia Bautista

Leave a Comment

shares