LEYENDAS

El milagroso crucifijo de San Agustín

Sharing is caring!

SEVILLA 12.10.2019 / Jose Manuel García Bautista

Como hemos comprobado a lo largo de esta guía, Sevilla ha sido una ciudad azotada por las calamidades, calamidades que condujeron a la muerte a miles de sevillanos en diferentes épocas.

Una de ellas tuvo lugar allá por 1649, fue un brote mortal de peste bubónica…

Era normal ver deambular por la ciudad el denominado “carro de la muerte” que portaba a los caídos ese día por el efecto de la enfermedad.

Se hicieron novenas y sacaron imágenes a la calle buscando el amparo y la protección divina, en Julio, salió el Santo Crucifijo desde la iglesia de San Agustín a la Catedral.

Pocos acompañaban aquella procesión que buscaba el milagro, la ciudad había visto reducido su número de habitantes a la mitad, apenas 50.000 almas la poblaban.

Cierto o no aquella procesión que marchó al gran templo sevillano tuvo su efecto: desde aquel día la ciudad comenzó a respirar, a mejorar, a bajar el número de muertos y de enfermos. Fue el milagro del Santo Crucifijo de San Agustín.

Y no fue el único por qué en 1680 a la ciudad la azotó una sequía que vio como la escasez de agua podía conducir a una catástrofe a la “urbe”.

Aquel año se sacó, nuevamente, el Santo Crucifijo, sería por la noche cuando ya estando en su convento el cielo comenzó a bramar sobre Sevilla y a derramar sus lágrimas sobre la ciudad…

No se tardó en oír que desde el Convento de San Agustín replicaban las campanas, una vez más se había obrado el prodigio.

Antaño, en 1525 también había sido sacado el Santo Crucifico de San Agustín hasta el Humilladero de las Cruz del Campo, como en 180, una sequía voraz asolaba la provincia…

En aquella ocasión un chiquillo gritaba: “Padre, ¡misericordia!, Padre, ¡misericordia!”. A todos llamaba la atención aquel joven que angustiado pedía el perdón de Dios para aquella tierra seca.

De repente comenzó a llover con tal intensidad y fuerza que el sombro de los presentes crecía… coincidiendo con la aparición del líquido elemento en los marianos cielos de la ciudad la figura de aquel muchacho desapareció… nadie más volvió a verlo. Y nuevamente otro prodigio se obró.

Pero ¿sabe cómo se halló el Santo Crucifijo de San Agustín?

Cuenta la leyenda que la milagrosa pieza se encontraba en una de las capillas de la iglesia del convento casa grade, y que se encontraba allí desde 1314 en el que fue hallado por un hombre, humilde, estaba sumergido en una acequia en el Prado de Santa Justa, aquel crucifijo presentaba la particularidad de tener doblado el brazo derecho sobre la llega del costado…

Los frailes corrieron al lugar para ver el hermoso crucifijo y al tratar de llevarlo a la casa grande se les apareció la Virgen para deslumbrarlos a todos con su luz y devolver la mano que sobre la llaga tenía aquella representación de Cristo para devolverla a la cruz…

Tal hecho milagroso hizo que aquel Santo Crucifijo de San Agustín fuera objeto de mucha fe en la ciudad y que éste no dejara desatendida a esta fervorosa ciudad en sus peores momentos.

TE ASESORAMOS http://www.isbylex.com/

PUEDE INTERESARTE: http://www.eliteradiosevilla,es/

Descubren, en Israel, una gran ciudad perdida de la ‘Edad del Bronce’.

Related posts

La niña sin rostro

Jose Manuel Garcia Bautista

El simbólico talismán de Salomón en la Iglesia de San Isidoro

Jose Manuel Garcia Bautista

La leyenda del Nazareno de Pasión

Jose Manuel Garcia Bautista

Leave a Comment

shares