SEVILLA 3.3.2020 / Jose Manuel García Bautista
Se mostraba en una feria, de pueblo en pueblo viajaba ofreciendo a los curiosos la visión de algo inquietante: un hombre prehistórico congelado.
Era la forma en la que Frank Hansen se ganaba la vida. Aquel extraño ser se conservaba en un bloque de hielo, en su interior, y asombraba a propios y extraños por las facciones prehistóricas de un ser que debió haber habitado este planeta nuestro hace muchos miles de años…
Por 35 centavos de dólar se podía ver al llamado “ser de Siberia”, según el charlatán feriante, había sido encontrado en el mar de Ojotsk por un pesquero japonés y llevado a China, al puerto otrora inglés de Hong Kong… Allí alarmados no dieron parte a las autoridades temiendo una investigación que dejara al barco en puerto y decidieron deshacerse de él, y fue vendido en el marcado negro. De allí fue introducido en Estados Unidos y pasó a manos del feriante, de Frank Hansen.
Corrió el rumor de la extraña atracción y el estudioso Iván T. Sanderson y el zoólogo de la Academia de Ciencias de Bélgica, Bernard Heuvelmans, decidieron ir a investigar la extraña criatura que parecía haber encontrado la muerte cuando una bala atravesó su occipital…
Y pronto comenzaron a descubrirse las mentiras de Hansen, ante lo s estudiosos confesó que la ruta del extraño ser era un invento ya que había sido él mismo quién había dado muerte a su atracción de feria. Le disparó en los bosques de Minessotta y temiendo a la justicia se inventó toda una historia que nadie se preocupó de investigar hasta aquel momento… Le dio el atractivo nombre de “ser de Siberia” apara alejarlo en el espacio y pasar desapercibido. Corría el año 1967.
En esas misma fechas también se hicieron eco en diferentes medios locales del avistamiento en los bosques de América del Norte de extraño seres de apariencia entre humano y homínido.
Los “Bigfoot”… ¿Estaban pues los investigadores ante una de estas criaturas o por el contrario estaban ante las trazas de un ser teóricamente extinguido como el hombre de Neanderthal?
Heuvelmans redactó un informe dos años después en el que decía:
“El espécimen se presenta a primera vista como un humano adulto de sexo masculino, de 1´80 metros de altura y proporciones normales, pero exageradamente piloso.
Con excepción de la cara, la región palmar de las manos, la planta de los pies y los órganos sexuales, está completamente cubierto de pelo de un color pardo muy oscuro de 10 centímetros de largo.
Por sus características el homínido estuvo vivo hasta hace sólo cinco años… Se trata de un Hombre de Neanderthal”.
Así pues los Neanderthales y los seres humanos habrían y estarían conviviendo en la actualidad, unos abiertamente y otros secretamente. La historia de la evolución humana sufriría un serio revés… Sobre todo por que la Ciencia y la Historia, así como la Antropología, no dicen que hace años que se extinguieron: 30.000 para ser concretos.
La Ciencia lo tildó de imposible y de fraude. Y sin embargo no era la primera muestra real que se encontraba a lo largo y ancho de nuestro planeta sobre esta hipotética convivencia. Incluso se habló de un muñeco de látex… Pero tal perfección…
Hansen temió que la policía y el FBI lo arrestaran y comenzó a mostrarse esquivo…Hubo serias dudas sobre la naturaleza de aquel ser conservado en hielo (como es lógico), y fue en ese mismo año, con su mayor cota de popularidad, cuando se supo que una compañía de efectos especiales para cine había realizado una pieza similar.
Sin embargo los estudio siguieron sobre aquel cuerpo y el 1969 Heuvelmans expuso su informe, un experto que no se dejaría engañar por ningún muñeco de látex.
El Instituto Smithsonian se interesó por el “hombre se hielo” pero no pudo demostrar el fraude… Se denunció a Hansen por asesinato y Edgar Hoover, director del FBI dijo: “No se puede acusar de homicidio a una persona que ha disparado sobre algo no humano”.
Para colmo se descubrió que el técnico de efectos especiales John Chambers mintió al decir que se había hecho un ser similar al que exhibía Hansen… Y el “Informe Heuvelmans” era concluyente: era un hombre de Neanderthal.
Y las dudas vuelven a la cabeza de todo aquel que reflexiona sobre esta extraña criatura flotando en el ambiente, como escribía Carlos Murciano, una pregunta: ¿Convive el ser humano con los esquivos hombres de Neanderthal?
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