El doctor Carlos Castillo, profesor de la Universidad Johns Hopkins, da algunas claves para entender por qué la variante delta se ha vuelto una seria amenaza para Estados Unidos y la importancia de vacunarse para aplacar la pandemia
Redacción 23/08/2021
La doctora Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), dio, hace una semana, la voz de alarma sobre la variante delta del coronavirus: era mucho más contagiosa, estaba causando graves estragos entre la población y ahora representa el 83% de los nuevos casos.
“Es un aumento drástico, frente al 50% de la semana del 3 de julio”, expuso la funcionaria estadounidense de alto rango.
Así que tanto el Gobierno federal como algunas administraciones estatales y locales están preparando planes de contención con el objetivo de frenar el brote y evitar una nueva ola de contagios que parece imposible detener.
“La variante delta es una variante bastante agresiva porque genera un porcentaje mayor de virus que el (virus) usual”, explica el doctor Carlos Castillo, profesor de Epidemiología y director del Observatorio de Salud Pública Global de la Universidad Johns Hopkins, en declaraciones a la Voz de América.Descargar archivo
Delta: la variante más contagiosa y peligrosa
Expuso además que el periodo de contagio es mucho mayor que el COVID-19 original y las variantes que han aparecido hasta ahora, lo que supone otro factor de riesgo para implementar medidas mucho más severas para aplacar su propagación entre la población. “Es fundamental reconocer que el periodo de contagiosidad es altísimo entendiendo que el período máximo de contagio de la usual es de siete días, mientras que la delta son 20 días”, explicó.
A todo esto hay que sumar otro factor “importante” en la lucha contra la pandemia en Estados Unidos: la población no vacunada.
“En algunos lugares de Estados Unidos más del 60 por ciento de la población no está vacunada, eso significa que en esos sitios la protección solo está en el 20 o 30%”, explica el doctor Castillo.Descargar archivo
El problema: lo no vacunados
A pesar de que el país norteamericano registró hasta el mes de abril las tasas más altas de inoculación, esos números bajaron drásticamente cuando se abrió el proceso a la población más joven. Los CDC confirmaron que hasta ahora unos 163 millones de personas se han vacunado con una o dos dosis, lo que representa el 49% de su población.
Esto llevó a los CDC a hablar incluso de la pandemia de los “no vacunados” debido a las consecuencias tan severas que está teniendo el virus entre aquellas personas que no quieren inocularse.
En ese sentido, el también director del Observatorio de Salud Pública Global de la Universidad Johns Hopkins advierte que si no se consigue vacunar a un mayor porcentaje de población, se corre el riesgo de que aparezcan nuevas variantes y mucho más peligrosas, debido a la mutación genética.
“Si se posterga la vacunación en el grupo de población, la probabilidad de nuevas variantes es casi una certeza. Los CDC han podido verificar que al darle tiempo a estas variantes a poder reconocer la capacidad inmunológica de los no vacunados, les permite generar nuevas características en variantes mucho más infecciosas e incluso mortales”, subrayó.
Nuevas campañas de vacunación
Es por eso que los funcionarios de la agencia federal instaron a impulsar programas de divulgación para promover la vacunación masiva, especialmente entre aquellos segmentos poblacionales más reacios a recibir la dosis contra el coronavirus.
Con todo, también pusieron de manifiesto los daños ocasionados por la “desinformación” sobre la vacuna a través de las redes sociales, instando a las principales plataformas de internet a terminar con la difusión de noticias falsas sobre la medicina.
Ante este escenario y los pronósticos nada favorables, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos se han visto obligados a dar marcha atrás y reinstaurar la recomendación del uso de tapabocas en espacios interiores localizados en áreas con mayor transmisión del virus, es decir, en más de la mitad de los condados del país.
“Esta es una protección adicional ya que el exceso de casos y muertes observadas ha ido generando una nueva ola que no se esperaba. Y no solo está ocurriendo en Estados Unidos, también está pasando en Europa, donde las medidas de restricción se han intensificado a pesar de que hay un rechazo de la población a protegerse”, agrega el doctor Castillo al respecto.Descargar archivo Insertar Descargar audio
Las vacunas son efectivas, de momento
Hasta el momento, los CDC han confirmado que las tres vacunas autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) – Pfizer-Biontech, Moderna y Johnson & Johnson- tienen “la adecuada protección” contra la variante delta, “particularmente para evitar enfermedades severas y muertes”.
“No necesariamente evita la infección en algunos casos y cuando las personas tienen condiciones previas de salud”, aclara el experto consultado por la VOA.
Sin embargo, los científicos que han estado investigando la evolución del COVID-19 afirman que es posible que, en un futuro cercano, se requiera de una nueva dosis de la vacuna con una modificación que permita hacer frente a todas las variantes que han aparecido hasta ahora, especialmente las más virulentas.
“Según los CDC, en este momento no es necesario, pero no significa que en los próximos meses sea algo que se requiera. Ya se están haciendo las pruebas para ver qué ajustes se tienen que hacer en las vacunas para tener esa opción de una tercera dosis de refuerzo”, sostiene el profesor especializado en epidemiología.
La situación tras más de un año de pandemia
Después de más de un año de crisis sanitaria en Estados Unidos, expertos médicos y científicos no se atreven a predecir el fin de la pandemia. Es el caso del médico Raúl Mederos, que admite que es “difícil” vislumbrar cuándo terminará está situación en todo el mundo, aunque remarca que “lo importante es vacunar” a la mayor población posible para lograr esa “inmunidad de rebaño”.
“De esa forma, la mayor parte de la población sería inmunizada y evitarían la propagación y el contagio del virus. Pero eso va a tomar tiempo”, explicaba Mederos, que es cirujano general en la ciudad floridana de Hialeah.
Por otro lado, la doctora Nuria Lawson, una de las expertas consultadas por el gobierno del condado de Miami-Dade y del estado de Florida para elaborar los protocolos sanitarios de la pandemia, reconoce ante la VOA que “nuestro futuro, definitivamente, va a incluir el COVID-19 con la humanidad de ahora en adelante”.
“De la misma manera que la influenza, siempre vamos a tener el coronavirus”, pronosticó.