REDACCION.- 2 DE JUNIO DE 2020
Asistimos, porque no nos queda más remedio, a la cotidiana falta de respeto al sentido común para con los ciudadanos.
El estado de alarma ocasionado por la pandemia ha dado de bruces con una realidad. Esta no es otra que la de poner en situación a cada uno.
Los que tienen espíritu constructivo lo han estado demostrando diariamente.
SOLIDARIDAD
Los que tienen espíritu solidario incluso han expuesto su vida y la de sus seres queridos al servicio de todos los demás.
La cuestión es que, finalmente, nos encontramos con promesas incumplidas, realidades no expuestas e intentos de animar a los ciudadanos a través de medias verdades.
No obstante, lo que menos gratifica es que, entre estas situaciones, el derecho se haya retorcido, aún más de lo que estaba.
Una consecuencia de esa mala versión del derecho se justifica, por aquellos que ostentan el poder, en la irresponsabilidad del resto de la ciudadanía.
CUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS
No hay nada que evidencie más este actuar maledicente que poner en cuestión el actuar de las personas cuando, en un alto índice, su grado de cumplimiento con las normas es claro y contundente.
No se puede evitar la existencia, en un grupo de 47.000.000 de personas, que algunas no atiendan las reglas.
UNA MINORÍA RETUERCE EL DERECHO
Sin embargo, lo que no es de recibo es que los ciudadanos tengan que soportar que, en un reducido grupo de personas de algo más de 2.000.000 de personas -entre políticos y funcionarios de los tres poderes del estado- que tienen que someterse a servir al ciudadano se le falte al respeto a estos de forma clara y evidente.
El ejemplo lo podemos comprobar en varios ministros que han desviado de forma clara y contundente su responsabilidad frente a la ciudadanía.
Uno de ellos, adalid contra el terrorismo, y activista del cumplimiento de la ley cuando ejercía funciones en la judicatura, con sus intervenciones y posicionamientos en contra de la búsqueda de la verdad, ha expuesto al aire las vergüenzas del movimiento cloaquil de quienes tienen que ser los garantes del estado de derecho cuando llevan puñetas y administran justicia.
Y, la evidencia irrefutable de dicho actuar retorcido, proviene no de lo que de forma partidista se pueda decir por algún sector ultra, si no de las propias manifestaciones “robadas” a otra ministra activista.
La consecuencia de la actuación de uno y de las manifestaciones de otra cuestionan el sentido de la Democracia, el sentido del Estado de Derecho.
BAMBALINAS, CABILDEOS, FALTA DE TRANSPARENCIA
Lo visibilizado no es más que la punta del iceberg de lo que se cuece entre bambalinas y cabildeos, en la ausencia de transparencia y con la falta de respeto al ciudadano al cual se le burla bajo el manto del silencio y de lo oculto.
Lo que se observa es el resultado del juego del establishment político-judicial que se pone en disposición de asegurar lo que sea necesario para mantener, a toda costa, la ausencia de sentido común en detrimento de los ciudadanos, con el favorecimiento propio.
Y para ello, para que los sujetos individuales desvíen su mirada hacia otro lado, a los sujetos de derechos, se les ha concedido una limosna.
LIMOSNA-CARIDAD-SOLIDARIDAD-IMPRODUCTIVIDAD
Ante esta dádiva, por momentos precisa y necesaria pero, peligrosa y complaciente, los ciudadanos deberían preguntarse si se les está comprando su libertad por unos mendrugos.
Porque, la realidad es que estos no quieren subsistir sin trabajar, sin poder avanzar, sin poder progresar.
Pero, si les ofrecen el camino fácil, seguramente, podrán hasta acomodarse.
DEMOCRACIA FALLIDA
Este es el truco de la democracia fallida en la que sobre morimos, que considera haber realizado un trato, o pacto social, pero, que, en realidad, se sostiene con un continuo acto de prestigitación pleno de teatralidad e impostura.
Preocupa, y mucho, que se manejen las situaciones que en estados de crisis tendrían que ser aún más transparentes. Preocupa que exista oscurantismo.
Preocupa que no se atienda los encargos con convicción de ser servidores públicos y sí de que los que, en realidad, sirven a los servidores sean los ciudadanos, los cuales han sido secuestrados para ser exprimidos en favor del interés que toque, cuales huéspedes ante parásitos.
PARASITISMO
En estas circunstancias, y me anticipo a no mucho tiempo, hasta querrán hacer ver que los presuntos parásitos son los que no pueden trabajar por la ineptitud de quienes lo impiden por no tener un plan para hacer productiva a una población que lo está deseando.
No se puede soportar la continua falacia facilitada a través de cortinas de humo interesadas.
No se puede soportar la injerencia en órdenes o poderes que impiden su separación, instrumento necesario para concretar el pacto social.
MODERNIZACIÓN NO CUMPLIDA
No se puede soportar la ausencia de contrapesos que terminen con la incapacidad de respuesta del Estado.
No se puede soportar que cualquier administración que maneje ingresos para sostener a los que se amamantan del estado, en su más amplia expresión, (AEAT y TGSS, por ejemplo), a cualquier precio, se encuentren modernizadas.
Y, sobre todo, no se puede soportar que no se garanticen la independencia de otras administraciones, como justicia o educación, ante la falta de aportaciones económicas que impidan que sus integrantes estén siempre en disposición de ocupar, por ejemplo, un cargo público mejor retribuido y que este les sirva de puerta giratoria para alcanzar un puesto aún mejor a cuenta de lo que la información obtenida le reportó.
INDEPENDENCIA PARA LA SUBSISTENCIA DEL PACTO SOCIAL
Solo considerar una última cuestión.
Hacen y van a hacer falta muchos abogados que también tiene relación con el retorcimiento del derecho.
Recientemente una firma de letrados de nivel nacional, ha considerado dar luz pública a la interposición de querellas por prevaricación, de forma casi masiva, por no atenderse, conforme se pretende por esta empresa, a una resolución interpretable del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
INSTRUMENTACIÓN COMERCIAL
Con independencia de la evaluación que pudiera haberse realizado por esta mercantil al respecto de la reacción que se quiere conseguir y de que estas querellas se dirigieran contra magistrados de las Audiencias de Sevilla y Granada y no de otras partes del territorio nacional, o de la razón, o no, que le pudiera asistir, la instrumentación comercial de esta situación perjudica, francamente, la naturaleza de la independencia de la profesión de la abogacía, puesto que, el servicio de una abogacía independiente es absolutamente necesario para restituir la rectitud al derecho.
Porque ellos tienen el poder, pero, no pueden apropiarse de los derechos de cada ciudadano. El pacto social, de ser así, habría saltado por los aires para convertir a los ciudadanos en sumisos súbditos integrantes de una legión famélica y hedonista.
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