SEVILLA 28.1.2021 / Jose Manuel García Bautista
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Países como Alemania, Francia o Austria han vetado las mascarillas de tela en lugares públicos, como el transporte o los supermercados. En su lugar, recomiendan las FFP2 o las KN95 por su elevada eficacia. En concreto, las autoridades sanitarias galas explican que las mascarillas de tela sólo filtran el 70% de las partículas y no se ajustan completamente a la cara. Por eso, aconsejan las que tienen un filtrado superior al 90%, entre las que encuadran estos dos modelos.
Sin embargo, actualmente las mascarillas KN95 solo pueden distribuirse en España si certifican que cumplen las especificaciones de la normativa UNE EN 149, llevan marcado CE y denominación FFP2. También aquellas personas que las compraran el año pasado pueden llevarlas, ya que su uso no está prohibido.
Diferencias entre ambas
Las mascarillas FFP2 han demostrado una alta eficacia contra el virus y están homologadas para prevenir el contagio. Algunas de sus características principales son: diseño del contorno 3D, función de pinza de nariz ajustable, con espuma suave, no causa niebla al llevarla con gafas, filtra casi el 92% de partículas nocivas que provienen del exterior y es apta para todas las edades.
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Además, filtra en los dos sentidos, tanto hacia dentro como hacia fuera, por lo que ofrece la misma protección a uno mismo que a los demás. Tienen un tiempo de uso máximo de 8 horas no acumulables.
Por su parte, las mascarillas KN95 protegen de todo lo que hay fuera en el ambiente, como contaminantes, polen, virus o bacterias. Además, tienen una capacidad de filtración del 95% de las partículas de alrededor de 0,3 micrones y suelen ser autofiltrantes. Son reutilizables, por lo que no se deben tirar tras un sólo uso. Se estima que su duración puede ser de 48 horas seguidas, de ahí la recomendación de utilizarse en distintas ocasiones durante varios días.
Antes se hablaba de que para poder limpiarlas, se podía hacer de dos formas: con aplicación de calor, introduciéndola en el horno a 60-70ºC con cierta humedad durante una media hora; o bien con alcohol y agua, utilizando un pulverizador compuesto de alcohol y agua dejándola secar al aire libre.
Pero ninguna de estas dos técnicas estaban testadas científicamente y los expertos recomiendan cada vez más no lavarlas ni desinfectarlas. La autoridades sanitarias han llegado a la conclusión de que “el calor, el alcohol, la irradiación con microondas y el uso de agua y jabón causa una degradación sustancial del filtro”, según recoge la química y divulgadora científica Deborah García en un artículo.
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