SEVILLA 31.10.2020 / Jose Manuel García Bautista
Los meses del año también tienen una simbología y origen pagano, hoy pueden pasar desapercibido, desconocido, pero su semilla está instalada en nuestro quehacer diario y, sin saberlo, nos acompaña.
El primero de ellos es el mes de marzo, Martius latino, antaño fue el primer mes del año incluso tras la reforma del calendario que se atribuye al Rey Numa de Roma; añadió dos meses, enero y febrero, adaptando así el año de 304 días utilizado al año solar.
Marzo es un recuerdo al dios Marte, dios de la guerra, y es así ya que las batallas se solían comenzar en esta época pues la primavera que comienza en marzo.
Abril, el Aprilis latino, podría venir de “aperire” (abrir), en referencia a la floración o paertura de las flores. También podría hacer referencia a Venus, por aquello de “Festum Veneris et Fortunae Virilis” [“fiesta de Venus y de la fortuna de los varones”] precisamente a través de ese “virilis”, y de esa raíz “abril”.
Mayo, el Maius latino, es en honor a la diosa griega Maia, la Bona Dea latina, que se celebraba en este mes. El poeta Ovidio cuenta que conmemoraría a los ancianos.
Junio, el Iunius latino, es la diosa Juno, la griega Hera, esposa de Júpiter, relacionada con los jueves, y aquélla en los meses en junio.
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Julio, el Iulius latino,en honor al empreador, dictador y dios romano Julio César. Fue el emperador Augusto quién concede su nombre a este mes antes llamado Quintilis, “el quinto”, el quinto mes, ya que marzo era el primero.
Agosto, el Augustus latino, en honor al gran césar romano, Octavio Augusto, se da este honor así mismo en vida, durante el año 8 d.C. Antes era, simplemente,Sextilis, el sexto mes en el calendario que comenzaba en marzo. Agosto, tendría su origen verbal es agostar, con significado de “marchitar, hacer que se extinga algo”, durante el rígido calor de ese mes.
Septiembre, el September latino, de “septem” (siete en latín) y “septimus” (séptimo en latín), séptimo mes del año, tomando a marzo por el primero.
Octubre, el October latino, de “octo” (ocho en latín) y “octimus” (octavo en latín), octavo mes del año.
Noviembre, el November latino, de “novem” (nueve) y “nonus” (noveno), noveno mes del año.
Diciembre, el December latino, de “decem” (diez) y “decimus” (décimo), décimo mes del año.
Y los últimos serán los primeros: enero y febrero.
Enero, el Ianuarius latino, en honor al rey Jano, el dios de la puerta de la casa (“ianua” es puerta en latín). Enero abre el año, de este mes cuentan el historiador de Roma Theodor Mommsem que:
“Dejó de ser para convertirse en el primero, cuando al producirse las llamadas Guerras Lusitanas (155-139 a.C.), el lusitano Punicus incluso entra en territorio romano y es tal la urgencia de nombrar nuevos cónsules (como se sabe en Roma se nombraban dos cónsules al año, los cuales comienzan su función con el año), que se determina adelantar el año dos meses y medio (el año entraba hasta ese momento el 15 de marzo) para poder nombrarlos. También es posible que este cambio se produjera cuando en el año 450 se inicia el llamado Decenvirato, un gobierno de diez hombres que escriben las XII Tablas, consideradas la base del Derecho Romano”.
Febrero, el Februarius latino, es el dios Februus, el dios de la purificación romano,sacado de la mitología etrusca, cuyas fiestas de la expiación o de la purificación eran hacia el día 15 de este mes.
Febrero también se asocia al dios Fauno.
Es el origen de los nombres de nuestros meses,¿quién dijo que no tenía un origen pagano?
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