SEVILLA 20.11.2019 / Jose Manuel García Bautista
Se llama holoturia pero su nombre, a nivel popular es, pepino o carajo de mar.
Su apariencia no invita al consumo pero es considerado como un manjar de lujo en la cocina asiática, es en la Asia donde lo dotan de falsas propiedades vigorizantes.
Esa leyenda urbana es la que está poniendo en peligro su presencia en las costas españolas. Miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Málaga saben de la pesca furtiva de esta especie.
En España se pesca ilegalmente para destinar la producción al mercado asiático por sus falsas propiedades medicinales y un sustitutivo natural de la viagra.
“Se está pagando en torno a 900 euros por un kilogramo triturado -para lo que antes hay deshidratarlos-; y en internet hemos detectado que venden capazos de 20 a 25 kilos por cantidades que oscilan entre los 150 y los 75 euros, dependiendo de si los pepinos de mar están limpios o no” indican desde fuentes oficiales.
“Suelen salir a las tres de la madruga de Chipiona, por ejemplo, y se desplazan a los puntos en los que saben que hay poblaciones de esta especie para entrar en el agua cuando empieza a amanecer”.
“Aprovechan esas horas para no ser detectados y suelen actuar tanto con botella de oxígeno como buceando en apnea”.
Pero el pepino de mar ni es un sustitutivo de la viagra ni puede curar el cáncer u otras enfermedades graves.
Su situación es España, a nivel ecológico, es insostenible pues “prácticamente ha esquilmado a los pepinos de mar en Cádiz, ha dañado muy seriamente sus poblaciones en Málaga y está comenzando a afectar las colonias de las aguas granadinas”.
“Los pepinos de mar no es una especie protegida, pero su pesca requiere permiso” y se paga muy bien en el mercado negro.
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