REDACCION. ALMERÍA, 16.6.2019.-
La Audiencia Provincial de Almería ha condenado al empleado de una farmacia que entre enero de 2013 y marzo de 2015 se quedó con más de 56.000 euros.
Los productos que vendía desde su caja, en unas ocasiones, dejaba de reflejar en el ticket de compra, y en otras, pasaba por el lector artículos de inferior valor a los vendidos, con lo que se guardaba la diferencia.
El fallo, impone al acusado dos años de prisión por un delito de apropiación indebida. También impone una multa por varios meses a razón de diez euros diarios.
Insta igualmente a la devolución de 56.583,33 euros, más los intereses legales, a la propietaria de la farmacia.
El tribunal dio por probada la conducta del acusado, que fue despedido por la dueña del establecimiento.
Lo hizo tras comprobar los distintos métodos que empleaba para quedarse con parte del dinero que ingresaba.
Incluso cuadraba su caja al final de la jornada “erróneamente” a conciencia para quedarse también con el dinero sobrante.
En esta línea, destaca el tribunal los testimonios “ricos en detalles” y contundentes, que fueron respaldados con pruebas adicionales.
La propia dueña de la farmacia y el detective privado que esta contrató para demostrar las prácticas fraudulentas del acusado así lo reprodujeron.
Igualmente fue captado además por un circuito cerrado de televisión que se instaló en la tienda.
Según las averiguaciones del detective, que actuó durante un mes y medio, el acusado “vendía tres cosas y pasaba por caja solo una” o “se equivocaba a propósito” en el arqueo de la caja.
Ponía el ticket en el mostrador y apuntaba todo pero reflejando una suma inferior a la real.
Asimismo, “hacía arqueos a deshoras y se metía el dinero de la caja en el bolsillo” de la bata.
El detective pudo recuperar además algunas de las notas que el acusado tiraba a su papelera, en la que reflejaba sus cuentas.
Junto con esto, puso dinero marcado en la caja y detectó que el acusado “se lo llevaba”.
También envió a dos personas a comprar, con lo que comprobó que el empleado cobraba el total “pero solo reflejaba una parte en la venta” en el ticket.
La propia dueña de la farmacia, apuntó que tras cotejar los hechos, despidió al acusado con una carta en la que explicaba todo lo que hacía. Ante esta el condenado no le pidió “explicación alguna” ni desmintió su contenido.
Los documentos aportados por la afectada, mostraban además que las ventas del acusado eran “notablemente inferiores” a las de la mayor parte del resto de empleados.
Durante el mes y medio de actuación del detective, el acusado se hizo con 3.395 euros mediante detracciones que tuvieron lugar en 22 días.
Ello supuso un promedio diario de 154,31 euros.
El tribunal aboga por realizar un promedio mensual de 2.263,33 euros para calcular la suma total que habría sido detraída.
Ello es así porque no todos los días se daban descuadres de caja.
La sentencia estima que el acusado, se aprovechó de la confianza de su empleadora para desempeñar el cargo.
Por ello distrajo diversas cantidades de dinero de la caja.
Para ello se valió de diversos artificios.
Hizo constar en el sistema que vendía menos productos o productos de inferior valor de los que realmente entregaba a los clientes.
Igualmente realizaba mal las cuentas para quedarse con la diferencia.
Todo ello con el propósito de lucrarse.
