SEVILLA 17.11.2019 / Jose Manuel García Bautista
Podría parecer un hecho fortuito, podría parecer un milagro, una casualidad… Pero sin embargo todo ello se aunó para salvar vidas humanas.
Sucedió en la primavera de 1975, en esas fechas un niño pequeño gateaba por las cercanías de la ventana de un piso 14 en la ciudad de Detroit.
La ventana estaba abierta y aquel crío cayó por la misma al vacío, pero la tragedia no se consumó, justo abajo estaba Joseph Figlock que caminaba por la acera cuando el crío cayó sobre él salvando su vida.
Un año después en la misma ciudad, en otro edificio, caía un chico al vació, por la acera paseaba el señor Joseph Figlock que volvió a salvar la vida de aquel bebé.
Debe ser algo más que una casualidad.
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