SEVILLA 10.3.2021 / Carlos Medina Almazán
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Este miércoles, 10 de marzo, se cumplen 14 años de la desaparición del pequeño Yéremi Vargas, que a los 7 años de edad desapareció mientras jugaba en un descampado cercano a la vivienda familiar en Vecindario, en Santa Lucía de Tirajana (Gran Canaria). Ahora, 14 años después, la familia tiene puesta su esperanza en que se reabra el caso.
La madre del pequeño, Ithaisa Suárez ha declarado que están “a punto” de poder reabrir el caso, ya que garantiza tener nuevos documentos que posibilitarían la reapertura judicial. Además, ha señalado que la pandemia ha ralentizado el proceso, aunque ha reconocido que “casi” que les benefició para recabar mayor información.
Ithaisa se ha mostrado esperanzada en que “esta vez sí” puedan avanzar en el caso de su hijo porque cree que lo que ahora tienen es “más sólido”.
Igualmente, ha remarcado que los agentes de la Guardia Civil que han llevado a cabo la investigación “siempre han estado con la familia” y mantienen la amistad, pero ha matizado que en estos momentos no pueden trabajar porque el caso se encuentra cerrado.
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Las hipótesis barajadas hasta la fecha
A pesar de que el caso se encuentra actualmente cerrado, la investigación no ha cesado en todos estos años, y en 2012 dio un giro inesperado tras el anuncio de la Guardia Civil en el que aseguraban tener nuevos datos sobre un vehículo y ropa del menor, pidiendo la colaboración ciudadana para recoger cualquier pista que pudiese mantener vivo el caso.
De esta forma, en el año 2012, la Guardia Civil investigó sobre varias hipótesis, tales como venganza familiar, tráfico de seres humanos, pederastia o tráfico de órganos. En este caso, se llevó a cabo una investigación sobre 195 personas acusadas de pederastia, menores de 65 años y con delitos a niños menores de quince años, también a 15 presos acusados por estos mismos delitos y, por último, se investigó a varias personas de la isla vinculadas a este tipo de delitos.
Así, el 1 de junio de 2016 la Guardia Civil localizó a un sospechoso de la desaparición y homicidio de Yéremi, se trataba de Antonio Ojeda ‘El Rubio’, que estaba en prisión desde 2015 por abusar sexualmente de otro menor. A finales de ese mismo mes, el sospechoso fue trasladado desde Algeciras hasta la prisión de Juan Grande, en Gran Canaria, para compadecer ante el juez unas semanas después, aunque se negó a declarar y a ofrecer muestras de ADN.
Más tarde, en septiembre de 2016, un compañero de celda de ‘El Rubio’ dijo que le había contado que un vecino acabó con la vida del menor y quemó su cuerpo, algo que el acusado niega; mientras que, a finales de 2016, Antonio Ojeda fue condenado a cinco años de prisión por una agresión a otro menor que jugaba en una calle de El Doctoral en el año 2012, saliendo de la cárcel por ello el 9 de marzo de 2020, hace ahora un año.
En aquel momento, otro compañero de prisión contó que, tras conocer esta sentencia, se hundió y dijo que el caso de Yéremi “se le había ido de las manos y que tuvo que desaparecerlo”.
En aquel momento, otro compañero de prisión contó que, tras conocer esta sentencia, se hundió y dijo que el caso de Yéremi “se le había ido de las manos y que tuvo que desaparecerlo”.
Sin embargo, el Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana, que se ocupaba del caso del pequeño, finalmente consideró que no existían pruebas ni indicios concluyentes que incriminasen a ‘El Rubio’ en el caso de Yéremi, archivando las diligencias abiertas contra él, decisión que fue ratificada posteriormente, en marzo de 2018, por la Audiencia de Las Palmas.
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